Redacción, 02-08-2023.- La alimentación de los más pequeños de la familia es una de las cuestiones que más preocupan a las mamás y a los papás, puesto que seguir una rutina saludable durante la etapa de crecimiento contribuye a prevenir el desarrollo de enfermedades en el futuro. Sin embargo, a veces no es fácil comenzar a introducir nuevos alimentos en su dieta.
Tal y como recoge Consalud, hay muchos niños que rechazan los nuevos sabores y texturas en la comida, pero según la nutricionista pediátrica Conchi García, es algo normal. “Realmente, no es importante que los niños coman de todo, ni que coman muy variado, ni por supuesto, que coman una determinada cantidad. Lo importante es que disfruten de la alimentación como una experiencia positiva”.
Seguramente te hayas preguntado por qué en la mayoría de ocasiones los niños toleran con menos dificultad aquellos alimentos más energéticos, como pueden ser las patatas fritas, la pasta, el arroz o los productos de pastelería.
La experta explica que “el rechazo a las verduras y a los alimentos poco calóricos es innato”, pues los niños “tienen una especial sensibilidad hacia los sabores amargos de algunas verduras como un mecanismo de supervivencia contra la posible ingesta de sustancias tóxicas”. Además, los alimentos más energéticos “responden al deseo del cerebro de conseguir calorías”.