Redacción, 08-10-2021.- Llevamos tiempo escuchando hablar sobre los beneficios de adelantar la hora de la última comida del día para cuidar el peso pero, ¿es ésta su única ventaja? Los estudios demuestran que un cambio tan sencillo como modificar nuestros horarios de comidas, en especial el de la cena, y ajustarlos al ritmo circadiano y las horas de luz puede ser fundamental para mejorar nuestra salud. Pero vayamos paso a paso.
¿Por qué cenar temprano ayuda a no engordar? Numerosas investigaciones en los últimos años se han centrado en este tema. Por ejemplo, un estudio con humanos realizado por sendos equipos de las Universidades de Harvard y Tufts, publicados en International Journal of Obesity, determinó que cuanto más temprano hagamos las comidas principales del día más se reduce el riesgo de engordar.
Tal y como recoge 20 minutos, los nutricionistas explican que el cuerpo humano está preparado para el ayuno nocturno debido a su reloj biológico. Un reloj biológico que está relacionado con los ritmos circadianos que permiten regular las funciones fisiológicas en función de la presencia o ausencia de luz en el entorno. No se trata, por tanto, de reducir la cantidad de calorías – aunque es recomendable seguir siempre una buena dieta mediterránea- sino de respetar los horarios.
Nuestro organismo, por tanto, funciona de manera distinta de día y de noche y realmente el ser humano no está preparado para comer de noche. Alrededor de las siete u ocho de la tarde el cuerpo empieza a prepararse para el reposo, de ahí que sea más difícil metabolizar los alimentos.
Pero, ¿por qué si nos alimentamos en función de la luz del día y evitamos la ingesta de alimentos por la noche controlamos mejor el peso? Pues porque se procesan mejor los alimentos y no se depositan en forma de grasa. Hay que tener en cuenta que las hormonas implicadas en el control del azúcar y la grasa están menos activas por la noche, por lo tanto conviene cenar antes de que esas funciones comiencen a ralentizarse.
Dicho esto, ¿cuál sería la mejor hora para cenar? Los expertos hablan de la seis de la tarde, sin embargo -y teniendo en cuenta las costumbres es España-, esta podría retrasarse hasta las ocho. Cenar a esa hora permitiría digerir mejor los alimentos y adaptarse a la regulación hormonal nocturna.
El peso no es el único factor que se vería beneficiado. Un estudio realizado por la Universidad Johns Hopkins de Baltimore y publicado en el Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism (revista de la Sociedad Endocrina norteamericana) señala que cenar tarde puede provocar que los niveles de azúcar en sangre sean más altos ya que empeora la tolerancia a la glucosa.
Por supuesto, la calidad del sueño también se beneficia de los efectos de estas cenas más tempranas. Y es que aunque hay muchas variables que influyen a la hora de dormir bien, adelantar los horarios de cena puede ayudar a mejorar el descanso. El simple hecho de que cenar antes permite sentirse menos pesado y hacer mejor la digestión antes de irse a la cama.