Redacción, 01-07-2021.- Con la llegada del verano y las vacaciones escolares los niños comienzan a cambiar de hábitos. El aumento de las horas de luz y la disponibilidad de tiempo libre para dedicarlo al ocio hace que se pierdan las rutinas en lo que respecta al sueño.
La falta de sueño puede conllevar una alteración de las capacidades físicas y psicológicas, según Sanitas.
Así, aunque la flexibilidad horaria durante las vacaciones es inevitable, sigue siendo importante mantener unos horarios más o menos fijos que garanticen el correcto descanso de los más pequeños.
Según la OMS, los niños menores de un año deben dormir de 14 a 16 horas incluidas las siestas.
Sonia Montilla, de la Unidad del Sueño del Hospita Sanitas La Moraleja, ha creado unos consejos para lograr que los niños mantengan buenos hábitos nocturnos, también en verano.
A la cama, a dormir.
Es clave: nada de irse a la cama a jugar ni a ver la tele. Y en ningún caso deben meterse en la cama con la Tablet o el móvil. Un poco de disciplina les ayudará a conciliar mejor el sueño.
No variar en exceso los horarios de invierno.
Se recomienda no romper en exceso esas rutinas de invierno con un máximo de 2 horas de diferencia. Así, por ejemplo, si un niño se acuesta normalmente
a las 8 de la noche, en verano no debería dormirse más tarde de las 10.
Cerrar las persianas a la hora de dormir.
En verano, los días son mucho más largos y esto puede generar reticencias en los niños a la hora de acostarse, ya que ellos relacionan la oscuridad con el sueño. Es por ello por lo que bajar las persianas un tiempo antes de la hora de acostarse, ayuda a generar un ambiente nocturno que propicia el sueño.
Mantener una buena temperatura en la habitación.
El calor es un enemigo en lo que respecta a la calidad del sueño y puede provocar que los niños se despierten varias veces durante la noche, impidiéndoles un buen descanso.
Eliminar las pantallas antes de acostarse.
Es especialmente importante durante la época estival cuando los niños se muestran más reticentes a irse a la cama. Los dispositivos digitales activan el cerebro y, por lo tanto, deben evitarse por las noches. Para Montilla es clave sustituir las pantallas por un libro: es el mejor modo de ayudarles a relajarse.
Enseñar a los niños que en verano también hay rutinas.
Los niños no deberían asociar el verano o las vacaciones con la falta de normas. Es necesario que sean conscientes de que, a pesar de una mayor amplitud de horarios, siguen existiendo unas reglas de sueño que hay que cumplir.