Redacción, 26-03-2022.- La felicidad es una meta humana fundamental. Sin embargo, aunque no hay una receta mágica para llegar a sentirla, todo empieza en uno mismo.
Y es que los expertos coinciden en que llegar a conseguir una vida feliz tiene mucho que ver con maximizar las emociones positivas, y eso solo está en nuestra mano, según el periódico Levante.
Como nos explica la doctora Vanesa Fernández, psicóloga y profesora en la Universidad Complutense de Madrid, la risa no solamente nos provoca placer, sino que también tiene efectos beneficiosos más allá de lo que nos hace sentir.
Se ha demostrado que nos hace más creativos, tanto en el pensamiento como en la acción, y potencia la capacidad de recuperar nuestros estados psicológicos después de un trauma.
Además, mejora nuestras capacidades personales, intelectuales, físicas, sociales y psicológicas.
Según el IV Estudio de Salud y Estilo de Vida de Aegon, más del 76 % de los españoles encuestados considera que es muy o bastante feliz. Sin embargo, un 23,4 % de las personas evaluadas se consideran poco o nada felices. Asimismo, un 23,5 % considera que se siente menos feliz que en 2020.
Los expertos proporcionan recomendaciones para vivir una vida plena y feliz:
1. Revisar nuestros objetivos en la vida.
“Deben ser objetivos a medio-largo plazo que, a su vez, deben dividirse en objetivos intermedios que nos faciliten la meta”, explican.
Además, recalcan que debemos reforzarnos por cada paso que vayamos dando.
2. Querer lo que se tiene y aceptar la etapa que nos toca vivir en cada momento.
“Aceptación no implica resignación, pero luchar contra algo que no está en nuestra mano nos puede provocar mucha insatisfacción”, matizan
Así, no debemos estar continuamente anhelando aquello que no tenemos y, a cambio, es muy positivo poner énfasis en las cosas buenas que nos pasan.
3. Dejar de lado emociones tóxicas, como la envidia o la culpa. Debemos escucharlas, pero no machacarnos.
“En el caso de la envidia debemos trabajar en conseguir aquello que queremos. Y en la culpa no debemos reprocharnos lo que hemos hecho mal, sino pensar cómo resolverlo”,