Redacción, 06-09-2021.- La llegada de septiembre se traduce en el regreso a la rutina. Las vacaciones han terminado y la reanudación de las obligaciones del trabajo o los estudios limitan nuevamente el tiempo de cada uno, un cambio que muchas veces dificulta el proceso de readaptación.
Algunos expertos lo denominan como el síndrome posvacacional, el cual puede traducirse en episodios de malestar físico, estrés, apatía e incluso, en los peores casos, cierta ansiedad, según recoge El Periódico Mediterráneo.
Así, el buen ambiente laboral es clave para facilitar este periodo de adaptación.
Si el entorno es negativo, el trabajador encontrará mayores dificultades a la hora de reincorporarse, mientras que será mucho más sencillo para quienes desarrollen su actividad profesional en un ambiente agradable y positivo. Además, aquellos que tienen una menor tolerancia a la frustración y que son menos resilientes son los más susceptibles de padecer depresión posvacacional.