Redacción, 18-09-2024.- Uno de cada cuatro progenitores con niños en edad escolar (24,7%) sigue creyendo que los piojos están relacionados con la falta de higiene, lo que lleva a algunos a temer que traten a sus hijos de diferente manera por padecerlos.
“Este miedo al estigma y la vergüenza es uno de los principales motivos que conduce a los progenitores a no cumplir con la responsabilidad de notificar al colegio que sus hijos tienen piojos, lo cual aumenta mucho el riesgo de que los niños de su clase se contagien. Sin embargo, hay que saber que estos parásitos van al pelo limpio igual o más que al sucio”, recalca el Dr. Julio Maset, el experto de Cinfa.
Además de avisar al centro escolar, otra importante medida de prevención es insistir a los menores para que no intercambien elementos como toallas, gorros, peines, horquillas o coleteros, dado que una de las principales vías de contagio es compartir prendas y utensilios que tienen contacto directo con el pelo. Por otra parte, otra recomendación para evitar estos parásitos es recurrir a los repelentes de piojos, teniendo siempre presente que son productos distintos a los pediculicidas y que deben usarse únicamente para prevenir su aparición, al igual que el pediculicida es sólo para cuando ya hay infestación y nunca como prevención.
Pediculicida, lendrera y paciencia
Tal y como recoge Cinfa, si nuestro hijo o hija empieza a sentir picor en el cuero cabelludo -o si nos han notificado que en su entorno ha habido ya infestaciones-, se debe proceder a un examen exhaustivo del cabello peinando cada mechón con una lendrera -un peine de púas metálicas muy juntas y que se puede adquirir en una farmacia-, que permite arrastrar las liendres y/o piojos.
Como explica el doctor Maset, “conviene hacerlo con el cabello húmedo, ya que los piojos se mueven más lentamente por él y facilita su uso, y manejando la lendrera con las puntas hacia arriba. También es conveniente colocar un paño o toalla blanca sobre los hombros del niño o niña para poder ver los parásitos cuando caigan”.