Redacción, 16-09-2022.- El virus del papiloma humano (VPH) es, según establece la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la infección viral más frecuente del aparato reproductor” y la causa de “diversos trastornos —tanto en hombres como en mujeres—, incluidas ciertas lesiones precancerosas que pueden progresar a un cáncer y las verrugas genitales”.
Tal y como recoge Levante, si bien la mayoría de las infecciones por este virus no producen síntomas y estos desaparecen de forma espontánea —existe más de un centenar de tipos de VPH que se identifican a través de un número—, la infección persistente puede dar lugar a enfermedades, sobre todo en mujeres.
De hecho, casi la totalidad de casos de cáncer cervicouterino (99 %) están relacionados con una infección genital por el virus del papiloma humano.
Se trata, por tanto, de una de las infecciones de transmisión sexual más frecuentes del mundo y presenta, como establece el monográfico Virus del papiloma humano y cáncer: epidemiología y prevención, elaborado por la Sociedad Española de Epidemiología, “una asociación causal muy particular principalmente con el cáncer de cuello uterino, el segundo cáncer más frecuente en las mujeres a nivel mundial”.
El pronóstico, pese a la consolidada campaña de vacunación, no es alentador. Cuatro de cada cinco personas sexualmente activas contraerán el VPH en algún momento de su vida. Ante el presagio estadístico, ¿qué alternativas médicas existen?
En qué consiste la conización
El cáncer de cuello uterino supone el segundo tumor maligno en mujeres de entre 15 y 44 años en España. La prevención resulta, como en cualquier tipo de patología, esencial para la salud. En este sentido, la conización es la intervención más efectiva cuando ya se ha presentado una lesión preneoplásica. Pero, ¿en qué consiste?
Es decir, la conización se realiza a mujeres diagnosticadas de una lesión precancerosa o premaligna en el cuello uterino. Además, este técnica permite abordar la existencia de un tumor incipiente.
¿Cómo se realiza la intervención?
Según explica el especialista de Quirónsalud València, la conización se realiza por vía vaginal con “anestesia locorregional tipo raquídea o bien una sedación profunda”.
Para la sección del tejido cervical, detalla, “habitualmente se utiliza electrobisturí o asas de diatermia”. Esto consigue una sección del tejido más precisa y con menos sangrado.
Se trata, por tanto, de una técnica ambulatoria mínimamente invasiva e indolora que no requiere ingreso hospitalario, tan solo observación durante las primeras horas posteriores a la intervención.