Redacción, 07-06-2022.- En verano muchos cambian sus hábitos alimenticios, y lo que también cambia en consecuencia es la salud digestiva. Tal y como señala en uno de sus artículos el periódico «La Nueva España», en los meses de verano la temperatura y la humedad aumentan, lo que hace que puedan crecer gérmenes y toxinas en los alimentos. Por este motivo se recomienda extremar las precauciones a la hora de cocinar y conservar la comida si queremos evitar sufrir el ataque de cualquiera de estas bacterias indeseadas.
Las intoxicaciones alimentarias provocadas por patógenos (bacterias, virus…) son los problemas intestinales más comunes, pero no son los únicos. Existen una serie de bacterias que pueden contaminar la comida durante el verano. Las más habituales son: la salmonella, campilobacteriosis y el anisakis, entre otros.
Otro de los grandes problemas de la salud digestiva del verano son los gases. Algunas causas por las que se producen son: comer muy deprisa, no masticar bien o hablar mucho mientras comemos. Esto puede ocasionar acidez de estómago, una sensación de ardor que aparece en el pecho o la garganta.
Para prevenir la aparición de problemas digestivos es recomendable seguir estos consejos:
- Lavarse las manos: Aunque tras la pandemia nos hemos vuelto expertos, nunca está de más recordar la necesidad que tenemos de lavarnos las manos. Siempre, pero sobre todo después de ir al baño, sonarse la nariz, sacar la basura, tocar a un animal o cambiar pañales.
- Cocinar correctamente los alimentos es lo mejor para eliminar completamente los patógenos.
- Conservar los alimentos en buenas condiciones es otra de las medidas fundamentales porque muchos de ellos requieren estar refrigerados o congelados.
- La contaminación del agua es otra de las causas más habituales de intoxicaciones veraniegas. Lo más recomendable en estas fechas es beber siempre agua embotellada y evitar cualquier fuente natural si no estamos seguros de que sea potable.
- La leche también nos puede jugar malas pasadas. Por eso, si no tenemos la certeza de que un lácteo está pasteurizado, es mejor no consumirlo.