Redacción, 11-03-2023.- El origen de las manchas se podría resumir de forma muy esquemática diciendo que pueden producirse a través de dos mecanismos. Por un aumento o síntesis de melanina o bien por una proliferación o multiplicación de los melanocitos, células responsables de la producción de melanina. La melanina es la sustancia natural que da color a la piel, al cabello o al iris del ojo, y que también ayuda a proteger la piel del sol.
Según explica el doctor Ignacio Sánchez-Carpintero Abad, dermatólogo de la Unidad Láser y de Malformaciones Vasculares del Hospital Ruber Internacional y de Clínica Dermatológica Internacional (CDI), las pieles que tienen más tendencia a desarrollar las manchas son las claras, conocidas como fototipos bajos, pero se pueden ver en todos los tipos de piel incluida la raza negra.
“También se ven con más frecuencia en personas que viven en zonas donde hay una exposición a la radiación solar mayor”, afirma.
Existen muchos tipos de manchas, algunas de ellas congénitas o determinadas genéticamente, “como por ejemplo las «mancha café con leche» que vemos desde el nacimiento o en los primeros años de vida”, indica el dermatólogo. Otro tipo de mancha son los lunares, a veces de gran tamaño, conocidos como nevus melanocíticos.
“Estos pueden aparecer al nacer o bien pueden ser adquiridos y desarrollarse a lo largo de la vida, habitualmente en las primeras décadas”, asevera el doctor Sánchez-Carpintero.
Este experto precisa que en la consulta dermatológica son motivo muy frecuente de ver dos tipos de manchas: los lentigos solares y el melasma.