Redacción, 28-03-2022.- El asma es una enfermedad muy prevalente en nuestro país, en torno a un 5% de los adultos, sobre todo mujeres, son asmáticos, así como un 10% de la población infantil, afectando en este caso más a niños que a niñas, según datos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). Constituye además un problema de gran trascendencia, especialmente en el caso del asma grave no controlada, por su impacto socioeconómico.
Tal y como recoge ABC, «se estima también que hasta un 60-70% de los asmáticos no tienen bien controlada su asma. En este sentido, cerca del 2% de los ingresos en hospitales son debidos a crisis asmáticas y un 80% de estos son evitables con el tratamiento adecuado. El asma grave representa en nuestro país, en términos económicos, el 50% del gasto total en el tratamiento de esta enfermedad y supone un coste sanitario incremental anual de 11.703 euros», precisa la sociedad científica.
En este sentido, el doctor Luis Manuel Entrenas, jefe de servicio de Neumología del Hospital Quirónsalud Córdoba, reconoce que el asma es una enfermedad crónica “muy prevalente”, si bien, pese a que se disponen de unas magníficas guías y de un tratamiento adecuado, «lamentablemente el mal control de la enfermedad es una situación muy común y por muchas causas, pero aunque parezca increíble la más frecuente es porque no siguen los tratamientos ni cumplen con las pautas de medicación».
Según advierte este neumólogo, el fin de todos los tratamientos contra el asma es mantener la enfermedad bajo control: «Dicho control lo definen las guías de tratamiento midiendo la ausencia de síntomas, una función pulmonar normal y una ausencia de exacerbaciones (ataques de asma) », y tiene dos dimensiones, el control del paciente en ese momento y el riesgo futuro.
El riesgo de padecer un ataque de asma
A su vez, destaca que el control de esta patología tiene dos dimensiones: el control del paciente en ese momento y el riesgo futuro. El doctor sostiene que en la práctica clínica es muy habitual que se pueda constatar la ausencia de síntomas y medir la función pulmonar, que es lo que se conoce en las guías actuales como control actual, pero no se dispone de ninguna herramienta que mida el riesgo de padecer en el futuro un ataque de asma, que es lo que se denomina ‘riesgo futuro’.
«Para el control de la enfermedad en el presente se hacen caso a los síntomas. Sobre el riesgo futuro, que incluye la posibilidad de ataques de asma, hasta ahora no se puede predecir el riesgo de un ataque de asma en un paciente», remarca el especialista de Quirónsalud Córdoba.
Precisamente, este centro hospitalario andaluz es el único de la comunidad autónoma que forma parte de un estudio nacional, denominado AIRQ, donde un total de 10 hospitales van a intentar identificar en los próximos meses, y con precisión, el asma no controlada, y en concreto aquellos pacientes que, pese a presentar una situación controlada de la enfermedad, tienen riesgo de sufrir ataques de asma. Participan en él 300 pacientes con diferentes características asmáticas.