Redacción, 21-07-2024.- La deshidratación es uno de los principales riesgos a los que se expone un diabético durante el verano.
Según explican expertos de endocrinología del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón esto es así debido a que estos pacientes pueden tener afectadas la perfusión de la piel y la sudoración, lo que hace que aumente el riesgo de que puedan padecer un golpe de calor.
El doctor Alberto Aliaga, endocrinólogo del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón, concreta que los niveles de glucosa de un paciente con diabetes pueden verse afectados «ante estados de deshidratación como consecuencia de una sudoración excesiva, pero también debido a un aumento o aceleración en la absorción de insulina inyectada, elevando, por tanto, el riesgo de hipoglucemia».
Así, tal y como recoge Quirónsalud, con el objetivo de que los pacientes con diabetes puedan disfrutar del buen tiempo sin sobresaltos, el doctor Aliaga apunta cinco prácticos consejos para mantener esta enfermedad bajo control la durante el verano:
- Prestar atención a la hidratación. Debido a las altas temperaturas, se incrementa la sudoración pudiendo llevarnos a la deshidratación, lo cual afecta a los niveles de azúcar en sangre. Es importante, por tanto, beber abundante agua y/o líquidos sin azúcar a lo largo del día.
- Ajustar la dieta. La llegada del verano y unos días más largos suele traer cambios en los horarios y rutinas habituales, lo que provoca picoteos y comidas fuera de casa, donde el consumo de alimentos calóricos aumenta.
- Revisar los niveles de glucosa con más frecuencia. El calor, la actividad física y los cambios en la dieta pueden afectar los niveles de azúcar. Es muy aconsejable, por tanto, realizarse controles adicionales y ajustar el tratamiento según las indicaciones del equipo médico.
- Proteger la insulina y los medicamentos. Durante el verano, la insulina y los medicamentos pueden verse afectado por las temperaturas elevadas. Por lo que hay que poner especial atención a su conservación.
- Cuidar los pies. El calor y el tipo de calzado puede aumentar el riesgo de lesiones y una excesiva sudoración. Utiliza calzado cómodo y transpirable, evitar caminar descalzo y revisa tus pies a diario en busca de heridas o ampollas, especialmente en pacientes con neuropatía sensitiva.