Redacción, 15-04-2022.- Un estudio liderado por el Instituto de Investigación del Hospital Universitario 12 de Octubre i+12 demuestra que unas pastillas con sabor a fresa que se disuelven, son seguras y más eficaces para el tratamiento del VIH infantil en niños con peso menor a 20 kilos que los tratamientos hasta ahora conocidos.
Los resultados de la investigación, publicada recientemente en Lancet HIV confirman que esta terapia basada en un fármaco con buen sabor, fácil de tomar y con un precio asequible, permitirá una buena distribución y facilitará el control del SIDA en niños, especialmente en algunos países africanos en los que la incidencia es muy alta.
«Si una medicina sabe mal, tiene que tomarse en varias dosis en momentos concretos o necesita frío para mantenerse será más difícil que los niños cumplan el tratamiento»
Tal y como recoge ConSalud.es, la investigación, co-liderada por el doctor Pablo Rojo, de la Unidad Pediátrica de Ensayos Clínicos -UPIC- del Hospital 12 de Octubre, ha incluido el seguimiento a más de 700 niños de más de 1 mes de vida y 3 kilos de peso que viven en Uganda, Zimbabwe, Sudáfrica, Tailandia, Reino Unido, Portugal, Alemania y España, aunque la mayor parte de ellos pertenecen al África subsahariana, zona en la que se concentra el grupo más numeroso de pacientes pediátricos con la enfermedad.
El doctor Rojo pone de manifiesto que para que las terapias frente a esta enfermedad en niños puedan llegar al mayor número posible de pacientes deben ser cómodas de administrar, accesibles y baratas. “Si una medicina sabe mal, tiene que tomarse en varias dosis en momentos concretos o necesita frío para mantenerse será más difícil que los niños cumplan el tratamiento necesario”, subraya.
En su opinión, los resultados del estudio Odyssey son sólidos y demuestran que la terapia basada en este fármaco debe ser el tratamiento de primera elección, ya que es más eficaz, fácil de administrar y se comercializará a un precio asequible, puesto que se ha acordado su producción como medicamento genérico para los países de baja renta. Por eso, la Organización Mundial de la Salud, lo ha incluido ya como medicamento de elección para todos los niños mayores de 4 semanas de vida.