Redacción, 02-05-2022.- El herpes zóster está originado por el mismo virus que la varicela (virus varicela-zóster). Mientras que la varicela es la fase aguda de la infección, el herpes zóster representa una reactivación de la fase de latencia.
Se estima que, a lo largo de la vida, el riesgo de padecer herpes zóster es del 30%. Este porcentaje aumenta hasta el 50% en personas mayores de 85 años, según el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega (IOFV).
En España, más del 90% de las personas adultas han contraído alguna vez el virus varicela-zóster, por lo que pueden desarrollar herpes zóster.
El virus del herpes zóster, considerado primera causa de ceguera corneal, puede aparecer en la zona periocular (piel de los párpados), así como afectar al ojo y producir alteraciones en diferentes zonas oculares.
El doctor Luis Fernández-Vega Cueto-Felgueroso, oftalmólogo de la Unidad de Córnea y Cristalino del IOFV, advierte que “en aquellas personas con un sistema inmune más debilitado, las consecuencias de esta afección pueden ser muy graves, incluso crónicas, pudiendo causar la ceguera. Por ello, es imprescindible que con la aparición de los primeros síntomas acudan inmediatamente a un centro oftalmológico”.
Su tratamiento ha de ser individualizado y permite que se controle.
Por lo general, consiste en antivirales específicos contra los herpes virus, así como en otros fármacos indicados por el oftalmólogo en determinados momentos del proceso. Además, se debe cuidar la superficie ocular con lágrimas artificiales, así como llevar una rutina de higiene, puesto que se puede contagiar fácilmente a través del contacto físico.