Redacción, 16-08-2022.- La alergia al sol, como tal, no existe “porque sería incompatible con la vida”, explica la jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario del Vinalopó, Irene Latour. Pero sí que puede llamarse “intolerancia al sol” a la reacción de ciertos tipos de piel a una exposición al sol prolongada, sin la suficiente protección, y que produce lesiones rojizas en forma de “pequeños bultitos o manchas sobreelevadas” que pican.
Los especialistas en Dermatología y Alergología del grupo sanitario Ribera aseguran que esta “intolerancia al sol” no es hereditaria en sí, pero “sí que hay una predisposición individual y familiar”, en relación con el tipo piel, es decir, según el fototipo de piel de cada persona o grupo familiar.
“Si el fototipo es bajo, es decir, una piel más clara, hay mayor riesgo de aparición de este tipo de lesión en verano, pues que la piel es más sensible al sol”, explica la doctora Latour.
Tal y como recoge Ribera, también advierte que este tipo de reacciones pueden aparecer en personas que toman alguna medicación, que puede hacer a la piel fotosensible. En consulta, asegura, las localizaciones más frecuentes que tratan son el escote y cara.
Según la Academia Española de Dermatología y Venerología, se conoce como fototipo a “la capacidad de la piel para responder a la radiación ultravioleta y, en función del mismo, se adoptan las medidas de protección. Su clasificación oscila entre I y VI”.
Formalmente, esta reacción al sol se conoce como erupción polimorfa solar y, según el doctor Alfredo Daniel Agullo, dermatólogo del Departamento de Salud de Denia, “es un tipo de reacción cutánea de clínica muy variada generada por la exposición solar en una piel no habituada a esta radiación, por eso es más frecuente su aparición al inicio del verano, finales de primavera”. Además, añade, “tienden a aparecer unas horas después de la exposición solar y suelen durar días”.