Redacción, 22-02-2023.- La palabra inflamación acostumbra a tener una connotación negativa. Sin embargo, se trata de un mecanismo de defensa activado por el sistema inmune cuando detecta un intruso externo como, por ejemplo, patógenos, toxinas o traumatismos.
Tal y como recoge 20 Minutos, cuando se sufre inflamación crónica, el cuerpo está en un constante estado de alerta.
Sus síntomas frecuentes son el dolor corporal, principalmente en articulaciones y músculos, fatiga crónica e insomnio, depresión, ansiedad, trastornos de humor, complicaciones gastrointesinales, ganancia o pérdida de peso e infecciones frecuentes.
La dieta mediterránea es clave en la lucha contra la inflamación crónica gracias a los alimentos que engloba. Frutas, vegetales, legumbres, frutos secos, proteína magra y aceite de oliva tienen grandes beneficios antiinflamatorios.
- Bayas: Fresas, frambuesas, moras y arándanos.Cuentan con fitoquímicos llamados antocianinas, que les aportan sus respectivos colores.
- Verduras de hojas verdes: La espinaca, la col rizada, la rúcula y la acelga están provistas de altas cantidades de vitaminas A, B, C, E y K, así como de importantes minerales (hierro, magnesio y potasio) y fitoquímicos.
- Pescado graso: El salmón, el atún y las sardinas, son importantes fuentes de omega-3, el cual reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular.
- Frutos secos y semillas: Pistachos, las almendras, las semillas de girasol y las de calabaza.
