Redacción, 08-06-2021.- La Fundación Jiménez Díaz está consolidando la cesárea natural como opción cada vez más demandada para traer un bebé al mundo, siempre que el parto vaginal no sea posible y si se cumplen los criterios necesarios para priorizarla frente a la cesárea convencional. Sus beneficios, sumados a la ausencia de riesgo adicional, la convierten en una alternativa altamente satisfactoria tanto para los padres del recién nacido como para el equipo multidisciplinar encargado del procedimiento.
“La cesárea natural, también llamada cesárea centrada en la mujer o de baja intervención, es una nueva forma de realizar esta técnica de parto en la que incorporamos las buenas prácticas aprendidas, y ya muy instauradas, del parto vaginal al nacimiento por cesárea”, explica el Dr. Manuel Duárez Coronado, especialista del Servicio de Obstetricia y Ginecología del hospital madrileño. Concretamente, la técnica busca humanizar la intervención aplicando elementos naturales al proceso, lo que se traduce en una mayor participación e implicación de los padres en el nacimiento de su hijo, con la consecuente satisfacción que conlleva en ellos y el beneficio directo en la relación madre-padre-recién nacido, y en una incorporación precoz de pautas de contrastado beneficio sobre el bebé y su madre.
Una de las ventajas de esta técnica es que se puede aplicar el protocolo piel con piel con la madre de forma totalmente inmediata al nacimiento, colocando al niño, nada más venir al mundo, una vez fuera del útero, directamente en los brazos de su progenitora. Esto repercute en un establecimiento precoz del vínculo madre-hijo, favorece el apego con ambos padres y, lo que es aún más importante, ayuda a la instauración de la lactancia materna en la primera media hora de vida del bebé, tal y como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Otro de los beneficios de este procedimiento que destaca el Dr. Duárez es “el clampaje tardío del cordón umbilical y el hecho de que, durante la cesárea, la madre está más estable desde el punto de vista hemodinámico, lo que también favorece el puerperio, ya que la oxitocina endógena que se produce precozmente en la madre gracias al contacto temprano con su bebé, reduce el dolor intra y postoperatorio y hace que el útero se contraiga más fácilmente, y luego haya un menor sangrado en las semanas siguientes al parto”.
Pero, sin duda, uno de los mayores motivos de la creciente demanda de esta opción es la mayor y más activa participación en el proceso de ambos padres, que pueden ver cómo se produce el nacimiento mediante maniobras suaves de acompañamiento del obstetra. “Es maravilloso que puedan presenciar y tener ese recuerdo del nacimiento de su hijo, tanto la madre como para el padre, sobre todo estos últimos, que se llevan una experiencia increíble e inolvidable”, relata el especialista.
Además, los estudios realizados demuestran que este tipo de cesáreas no conlleva ningún riesgo adicional postquirúrgico en cuanto a infecciones o sangrado respecto a las cesáreas convencionales. “Podemos, por tanto, ofrecer los beneficios de este tipo de nacimiento con una seguridad extrema”, añade el ginecólogo.