Redacción, 19-05-2023.-La escasez de lluvia y la sequía pueden provocar sequedad en el aire y un aumento de la contaminación atmosférica, afectando de forma negativa a la calidad del aire que respiramos.
Estos factores pueden tener un impacto negativo en la salud respiratoria porque aumenta la concentración de partículas que respiramos y esto hace que las vías respiratorias sufran una mayor irritación, lo que amplía el riesgo de descompensación de enfermedades respiratorias.
La Dra. Soledad Alonso, jefa del servicio de Neumología del Hospital Universitario de Torrejón explica que, además, “el aumento de las temperaturas provoca que la evaporación del agua sea mayor, por lo que la piel y las mucosas que recubren la vía respiratoria superior tienen una mayor deshidratación, lo que incrementa la irritación”.
Y añade que esta situación puede provocar síntomas en toda la población, pero puede agravarse en las personas de edades extremas, niños y ancianos, y en aquellas que sufren patologías crónicas respiratorias y cardiovasculares.
La práctica deportiva lleva asociada un incremento del número de respiraciones que se llevan a cabo, con lo cual, la inhalación de partículas y la irritación pueden aumentar.
“Las personas que sufren patologías respiratorias y en las que la actividad física es fundamental, deben evitar las horas centrales del día y las altas temperaturas, además de evaluar la calidad del aire en la zona donde van a practicar deporte”, recomienda la Dra. Alonso.
Según la experta otro de los factores que puede acrecentar el problema es el consumo del tabaco, activa o pasivamente.