Redacción, 07-11-2021.- La Unidad de Psicooncología del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla, liderada por la doctora Raquel Calero Domínguez, advierte de la importancia de prevenir la ‘fatiga por compasión’ en cuidadores tanto informales como profesionales, debido a la sobrecarga emocional a la que se ven expuestos por el desafío que supone acompañar la experiencia de sufrimiento de pacientes y familiares durante sus respectivos procesos.
Tal y como recoge Quirónsalud, así, con motivo de la celebración del Día Internacional de las Personas Cuidadoras, la Unidad de Psicooncología del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa ha querido dar visibilidad a la labor que ejercen tanto los familiares como los trabajadores que se dedican al cuidado de una persona dependiente, en especial de pacientes con cáncer, con la realización del taller ‘El cuidado de los cuidadores de pacientes oncológicos’.
La ‘fatiga por compasión’ es una forma de estrés secundaria de la relación de ayuda terapéutica y se presenta cuando se desborda la capacidad emocional del profesional sanitario o el cuidador primario informal (generalmente un familiar que dedica parte de su tiempo a la atención de la persona enferma) para hacer frente al compromiso empático con el sufrimiento del paciente. Tiene consecuencias tanto físicas como emocionales, sociales y profesionales.
En concreto, el cuidado de pacientes con cáncer conlleva importantes niveles de demanda y de estrés para los cuidadores, con repercusiones importantes en su propio bienestar y salud. Las personas cuidadoras pueden estar aquejadas de cansancio, sobrecarga emocional, síntomas de ansiedad y depresión y por ende peor estado de salud percibido.
Según explica la psicooncóloga Raquel Calero, la sobrecarga emocional es entendida en este contexto como un síndrome característico de los cuidadores principales, la persona del entorno familiar del paciente que en su día a día lo acompaña a las citas médicas, a los tratamientos, lo ayuda o realiza las actividades de autocuidado del paciente; el que provee el apoyo emocional y el que comparte o directamente asume la toma de decisiones.
Asimismo, todos los profesionales sanitarios que rodean al paciente oncológico se convierten en los cuidadores profesionales de éste y sus familiares y también se pueden ver expuestos a esa sobrecarga emocional.