Redacción, 15-01-2022.- La demencia no solo es una enfermedad de gran incidencia sino de la que se espera un crecimiento exponencial en los próximos años, debido al progresivo envejecimiento de la población, la ausencia de un tratamiento efectivo o la falta de prevención sobre factores de riesgo, como la obesidad, la hipertensión, la diabetes o el tabaquismo, variables controlables o evitables por las que, según un estudio recientemente publicado, se triplicarían los casos de demencia en los próximos 30 años.
Tal y como recoge Redacción Médica, así lo indica el estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Washington y publicados por The Lancet, destaca que los casos de demencia entre los adultos mayores de 40 años podrían pasar de los 57 millones registrados en 2019 a 153 millones en 2050 si no se hace un llamamiento a la población para prevenir algunos factores de riesgo.
El jefe del servicio de Cirugía General y de Obesidad del Hospital Quirónsalud Málaga, César Ramírez, subraya que “en efecto, la obesidad es uno de los doce factores de riesgo modificables que podrían evitar la aparición de la demencia y un punto clave para la intervención de salud pública. Los otros serían la polución ambiental, las alteraciones de la audición, el hábito tabáquico, el bajo nivel educativo, la hipertensión arterial, diabetes, aislamiento social, la depresión, el daño cerebral, el alcoholismo y la falta de actividad física. Cuando profundizamos en su análisis, nos damos cuenta de que, a su vez, algunos de estos factores, como el bajo nivel formativo, la HTA y la diabetes, se relacionan a su vez de forma muy directa con el sobrepeso y la obesidad”.
Según advierte el cirujano, la obesidad, definida por un Índice de Masa Corporal (IMC) ≥ 30, se ha asociado a un riesgo de demencia que oscila entre un 80 y un 200 por ciento mayor, mientras que el sobrepeso aumenta el riesgo de demencia en un 35 por ciento, todo ello en comparación con los sujetos con un peso normal. Así, con todo lo anteriormente expuesto, asegura que “queda claro que, si somos capaces de intervenir sobre la obesidad y eliminarla en la edad media de la vida, vamos a estar también incidiendo sobre sus comorbilidades asociadas (HTA y diabetes) y vamos a evitar la aparición de demencia en muchas personas. Y es aquí donde la cirugía bariátrica tiene un rol esencial y, en función de lo anteriormente dicho, tendría un papel de prevención primaria para la aparición de demencia en muchas personas si se actúa a tiempo”.