Redacción, 26-09-2021.- La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha endurecido los indicadores de calidad del aire para los principales contaminantes atmosféricos, lo que implica fijar unos umbrales de seguridad más estrictos para cuatro sustancias nocivas, la mayoría vinculadas a la quema de biomasa y a los combustibles fósiles —petróleo, gas y carbón—.
Las anteriores directrices se establecieron en 2005 y más de 15 años después la OMS decide darles una vuelta de tuerca más y meter presión a los Gobiernos del mundo para que luchen contra una lacra que causa cada año alrededor de siete millones de muertes prematuras y graves problemas de salud, según ha recordado esta organización ligada a Naciones Unidas. El paso dado por esta agencia pone en el punto de mira a los vehículos con motores de combustión.
Tal y como recoge El País, partiendo del conocimiento científico alcanzado en las últimas décadas, la OMS ha establecido los nuevos límites de exposición segura para los seres humanos para seis tipos de contaminantes: las partículas en suspensión de menos de 2,5 micras de diámetro (PM₂,₅), las partículas de menos de 10 micras (PM₁₀), el ozono (O₃), el dióxido de nitrógeno (NO₂), el dióxido de azufre (SO₂) y el monóxido de carbono (CO).
La mayor reducción se hace en el caso del dióxido de nitrógeno: hasta ahora se consideraba que el umbral de seguridad estaba en una exposición anual de 40 microgramos por metro cúbico. Las nuevas directrices lo bajan hasta 10 microgramos por metro cúbico. Este contaminante genera problemas en el aparato respiratorio y está muy vinculado en las ciudades a los vehículos de diésel y gasolina, por lo que el paso dado por la OMS pone en una situación todavía más complicada a los coches con motores de combustión. Al avance de los vehículos eléctricos y de la conciencia medioambiental, se le unen también los problemas de salud que generan estos motores de combustión.
En el caso de las partículas —que son capaces de adentrarse en los pulmones e incluso llegar al torrente sanguíneo ocasionando enfermedades cardiovasculares y respiratorias—, la OMS también endurece los límites de seguridad. Las partículas son ahora el contaminante del aire que tiene unos efectos negativos sobre la salud más amplios en el mundo y, aunque también tienen vinculación con el tráfico, su origen es más variadas. Para las PM₂,₅ la OMS ha decidido reducir a la mitad la exposición máxima recomendada anual: se pasa de un valor de 10 microgramos por metro cúbico a cinco. En el caso de las partículas más grandes, las PM₁₀, el límite anual pasa de 20 microgramos por metro cúbico a 15.