Redacción, 15-08-2023.-Uno de los alicientes de las vacaciones es la siesta de verano, ese descanso breve después de comer y la sobremesa con familia y amigos, que los horarios de trabajo, colegios y universidad no suelen permitir el resto del año.
“La siesta es una costumbre que consiste en descansar algunos minutos o un par de horas, después del almuerzo, consiguiendo un sueño corto con el propósito de reponer energías para el resto de la jornada o resistir una noche larga”, tal y como explica Nohemí Rodríguez, responsable de Neurofisiología del Hospital Universitario del Vinalopó (Elche). Sin embargo, tanto ella como la doctora Aránzazu García Peña, jefa del Servicio de Neurofisiología del hospital Ribera Povisa (Vigo), tienen claro que estas siestas “deben ser cortas”, en concreto, de 20 minutos o menos y siempre que sea posible “mejor a primera hora de la tarde, en un ambiente tranquilo, sin luz y con una temperatura adecuada”. Este es el secreto de una buena siesta o una “siesta saludable”.
Y es que, tal y como explican las especialistas del grupo sanitario Ribera, dormir por un breve espacio de tiempo después de la comida o almuerzo es beneficioso para la salud de la población en general.
“Disminuye la fatiga, aumenta energía y rendimiento, y mejora el humor, estado de alerta, memoria y capacidad de reacción”, asegura la doctora García Peña.
La doctora Rodríguez añade que también mejora la digestión y el metabolismo porque “nuestro cuerpo se relaja y se centra en la digestión de los alimentos”, aunque recomienda no dormir inmediatamente después de comer, para evitar el reflujo y la acidez gástrica. Y además del aumento de la energía para revertir la sensación de fatiga una vez transcurrida la primera parte del día, la especialista del Vinalopó destaca también cómo la siesta ayuda a mejorar el estado de ánimo.