Redacción, 15-04-2025.- La vitamina D es necesaria para numerosas funciones fisiológicas y procesos biológicos, como el crecimiento de los huesos. Es uno de los micronutrientes más importantes para la salud de las personas, especialmente durante los primeros años de vida. La leche materna contiene vitamina D, pero la cantidad que pasa de la madre al bebé puede ser insuficiente.
Por este motivo, los pediatras suelen recomendar su suplementación especialmente durante el primer año de vida de los bebés. En general, la deficiencia de vitamina D, hipovitaminosis D, se ha convertido en un importante problema que afecta a más de la mitad de la población mundial de todas las edades.
En España, a pesar de ser un país con muchos días de sol al año, diversos estudios han demostrado que existe un déficit generalizado de vitamina D entre la población, el cual afecta a las personas mayores, a mujeres embarazadas y especialmente a los niños.
“Si bien es importante promover actividades al aire libre, está comprobado que la exposición solar a menudo no es suficiente. Pediatras y expertos en la materia deben recomendar una alimentación variada y rica en vitamina D desde edades muy tempranas, valorando la necesidad de incorporar suplementos”, explica la Dra. Ana I. Ortiz, gerente del área de Salud del Grupo Farmasierra.
Tal y como recoge Farmasierra, la vitamina D es un nutriente esencial conocido por su importante papel en el crecimiento y la salud ósea del cuerpo humano, además de en otras funciones como la regulación del sueño.
“Existen estudios1 que demuestran que la vitamina D está implicada en los diferentes mecanismos neuroquímicos que intervienen en la producción de melatonina, serotonina y dopamina y por lo tanto en la regulación de los ritmos circadianos y del sueño. Esto podría explicar la asociación entre la deficiencia de vitamina D y algunos trastornos del sueño que afectan a los niños, como la apnea obstructiva del sueño y el síndrome de piernas inquietas”, comenta la Dra. Ana I. Ortiz.