Redacción, 17-07-2024.- La Asociación Española de Pediatría (AEP) ha recordado la importancia de evitar los golpes de calor entre los niños, sobre todos en menores de un año, ya que su temperatura corporal puede subir de 3 a 5 veces más rápido que la de un adulto.
Este incremento tan rápido se debe a la menor reserva de agua del organismo de un niño y a que su mecanismo de sudoración es menos eficiente que el de un adulto. Además, el aparato respiratorio de los niños, que aún se encuentra en desarrollo, los hace más vulnerables al agotamiento por calor.
La AEP ha recordado que un golpe de calor se produce cuando aumenta la temperatura corporal hasta un punto en el que el organismo no puede disipar el calor acumulado. Un niño que sufre un golpe de calor puede presentar mareos, vómitos, elevación de la temperatura corporal por encima de los 40ºC, cefalea (dolor de cabeza) o irritabilidad y taquicardia (aumento de las pulsaciones).
En los casos más graves, se pueden producir desmayos o pérdida de conciencia y convulsiones.
Desde el Comité de Soporte Vital de la Asociación Española de Pediatría (AEP) avisan que también hay que estar atentos a otros síntomas como piel seca y muy caliente, fatiga (cansancio excesivo), debilidad, respiración superficial y rápida o calambres musculares.