Redacción, 21-08-2022.- La mayoría de los tics se inician en la infancia en un rango variable de cuatro a diez años, aunque la mayor incidencia se produce de los cuatro a los seis años, tal y como afirma la doctora Erika Torres San Narciso, coordinadora del Servicio de Neurociencias del Hospital Quirónsalud Alicante y Torrevieja, a lo que alerta además de su alta prevalencia ya que afecta hasta un 23% de los niños, sobre todo a los varones.
Los tics se definen como contracciones musculares breves, involuntarias, súbitas, no rítmicas, que se manifiestan como movimientos estereotipados y sin propósito.
«Generalmente , precedidos de una sensación corporal interna o necesidad de realizar el movimiento que genera tensión psíquica en el individuo y se alivia al manifestar el tic. Son controlables por la voluntad, pudiendo ser reprimidos, por lo que en muchas ocasiones es interpretado por familiares o profanos como un comportamiento intencionado del sujeto», indica la doctora Torres
Tal y como recoge Quirónsalud, existen muchos tipos: los más conocidos son los motores, pero también pueden ser fonológicos provocando vocalizaciones, gritos, gruñidos, etc. Además, pueden ser simples; que afectan a un grupo muscular por ejemplo la musculatura que forman parte de la cabeza (cejas, nariz, boca…) o más complejos como movimientos enlazados, que afectan a varios grupos musculares y también se pueden combinar varios tipos de tics.