Redacción, 11-04-2022.- Estamos acostumbrados a ver en las películas y series médicas como algunos cirujanos mandan poner música mientras operan, otras veces son el equipo de quirófano (enfermeras o anestesiólogos) los que invitan a poner música, y algunas veces el cirujano prefiere el silencio y quita la música de su sala de quirófano.
Tal y como recoge Consalud, la decisión de poner música es voluntaria, y ponerla o no ponerla no es ni más beneficioso ni menos, depende de las personas. Aunque sí es verdad que, según diferentes estudios, no solo mejora la relajación de los pacientes ya que tiene un efecto analgésico, sino que también la tarea del cirujano puede mejorar significativamente, aunque depende del tipo de música.
Así, según una revisión publicada en la Revista Internacional de Cirugía de enero de 2020, un estudio señala una mayor eficiencia cuando se escucha música durante intervenciones como la reparación de la piel, con una reducción del tiempo operatorio de entre un 8 y un 10%. Otro indica una mejor coordinación mano-ojo, y que existe una influencia de la música que hace que fueran más o menos lentos, por lo que en este caso la música se debe “aplicar para mejorar la eficiencia del cirujano de forma personalizada a su gusto musical y patrón de aprendizaje”, indica la revisión. También sirve para mejorar la consolidación de la memoria o reducir los niveles de estrés.
La música clásica en volumen entre bajo y medio “puede mejorar el rendimiento de la tarea quirúrgica al aumentar tanto la precisión como la velocidad”, mientras que música con más ritmo puede ser perjudicial. De hecho, los quirófanos con más música eran los que había que repetir más veces las órdenes lo que puede llevar a un aumento de frustración. En cuanto a edades, los estudios señalan que principalmente escuchan más música las personas más jóvenes.