Redacción, 29-03-2023.- En este número de la Newsletter de la revista del Centro de Protonterapia Quirónsalud (CPT) presentan la introducción de nuevas técnicas en el CPT, el análisis de los resultados preliminares de una serie de cordomas y condrosarcomas irradiados con protocolos hipofraccionados y la información sobre un curso realizado por la Sociedad Europea de Radioterapia Oncológica.
Nuevas técnicas
Desde el comienzo de los tratamientos en el centro de Protonterapia Quirónsalud, en diciembre de 2019, se fueron incorporando progresivamente nuevas técnicas de tratamiento, representadas en la figura 1.
A solo dos meses del inicio, se introdujeron los tratamientos pediátricos con anestesia, que fueron seguidos en el primer año con tratamientos de pacientes con implantes metálicos y los primeros neuroejes.
En 2021 se instalaron los sistemas de control respiratorio (manteniendo la respiración y monitoreando con espirómetro y con un sistema de cámaras estereoscópicas que modelizan la superficie del paciente). En 2022 comenzamos con protocolos hipofraccionados, el uso de colimadores para optimizar la penumbra y llegar así a la primera radiocirugía.
Cinco fracciones para cordomas y condrosarcomas de la base del cráneo
Bajo la coordinación de la Dra. Morena Sallabanda, 11 pacientes consecutivos con cordomas y condrosarcomas fueron incluidos prospectivamente en un protocolo de protonterapia de cinco fracciones entre junio de 2022 y enero de 2023. Los criterios de inclusión para este protocolo fueron: Edad > 18 años, estado funcional de Karnofsky (KPS) ≥ 70%, ausencia de metástasis, sin cursos previos de radiación, volumen clínico blanco (CTV) hasta 50 cc y ubicación del CTV en relación a órganos en riesgo, que permitieron cumplir con las restricciones de dosis necesarias para tratamientos hipofraccionados en 5 fracciones. Los planos de la dosimetría previsional con modulación de intensidad en protones se obtuvieron empleando 4 a 6 haces no coplanares. En 7 pacientes se utilizaron aperturas en 2 de los haces, para reducir la penumbra lateral y optimizar el gradiente de dosis.
Se incluyeron 11 pacientes (6 hombres y 5 mujeres) con un rango de edad entre 29 y 79 años. 6 pacientes con cordomas clásicos y 5 pacientes con condrosarcomas grado I-II fueron tratados con una dosis total de 37,5 GyRBE y 35 GyRBE, respectivamente, en 5 fracciones diarias. Todos los pacientes habían recibido cirugía previa con resección completa en 2 pacientes, resección subtotal en 7 pacientes y resección parcial en 2 pacientes. Los síntomas más comunes en el momento del diagnóstico fueron diplopía y dolor de cabeza y la mediana inicial de KPS después de la cirugía fue del 90 % (70 – 100 %). El CTV medio fue de 30,62 cc (10,56 – 47,47 cc). La cobertura mediana de CTV fue V95% = D95.5%. La mediana de la dosis máxima para el tronco encefálico fue de 26,5 GyRBE (30 – 24,7 GyRBE) y para la vía óptica fue de 20,7 GyRBE (8,9 – 23,6 GyRBE). La mediana de seguimiento fue de 3 meses (8 – 1 mes).
La toxicidad aguda durante el seguimiento fue leve, con cefalea grado I – II (64%), astenia grado I (45%), náuseas grado I (27%), disfagia grado I (18%) y alopecia reversible (45%) . Solo un paciente presentó nistagmo y leve pérdida de fuerza en miembro inferior izquierdo relacionado con una lesión isquémica del tronco encefálico, en una región de baja dosis, no claramente relacionada con la radiación. 8 pacientes tuvieron una resonancia magnética de seguimiento de 3 meses sin signos de progresión.
La protonterapia de cinco fracciones para el tratamiento de cordomas y condrosarcomas de clivus es dosimétricamente factible y bien tolerada por pacientes seleccionados.
La protonterapia sigue siendo un recurso limitado, por lo que reducir el tiempo de tratamiento puede tener importantes implicaciones financieras y psicosociales. Se necesita un seguimiento más prolongado para validar estos resultados.