Redacción, 02-10-2023.- Cuando se sufre una parada cardiaca, el corazón deja de latir de forma brusca e inesperada, interrumpiendo el bombeo de sangre e impidiendo su circulación. Esto se puede producir por diferentes causas y, en contra de la creencia popular, no sólo ocurre en pacientes de elevada edad, sino que pueden sufrirla adultos, adolescentes e incluso niños.
Tal y como recoge Sanitas, en España se producen más de 50.000 paradas cardiacas al año, y más de la mitad tienen lugar fuera del ámbito hospitalario. Pueden ocurrir en cualquier lugar y situación, en el domicilio o en la calle, junto a familiares y amigos o rodeado de desconocidos. El tiempo de actuación y la implicación de los testigos es esencial, pues por cada minuto que transcurre sin recibir asistencia se reduce aproximadamente un 10% la supervivencia de la víctima. Si los testigos no realizan ninguna medida inmediatamente, la supervivencia sólo se consigue en el 6% de los casos.
En esta situación, la mejor opción es comenzar tan pronto como sea posible con las maniobras de Reanimación Cardiopulmonar (RCP), un conjunto de técnicas que se utiliza cuando una persona deja de respirar o su corazón deja de latir. Combina compresiones torácicas (presionar el pecho a la altura del esternón), ventilaciones de rescate (respiración boca a boca o mediante utilización de una mascarilla u otro método de barrera) y la utilización temprana de un desfibrilador.
A pesar de que está demostrado que la RCP puede triplicar la supervivencia de las personas que sufren una parada cardiaca (hasta superar el 20%), “solo 1 de cada 5 afectados la reciben”, explica la doctora Belén Quesada, jefa del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja.