Redacción, 26-04-2022.- Antes de recibir el alta tras el parto, el niño es sometido a una serie de pruebas para comprobar que todo está correcto. La más conocida de estas pruebas es la del talón. Pero antes de marchar para casa, también se realiza un cribado auditivo, una prueba para determinar que en el niño no padece sordera congénita o hipoacusia. A pesar de ello, no está demás que, igual que nos aseguramos de que comen y crecen correctamente, comprobemos que su capacidad auditiva no está dañada.
Causas de los problemas auditivos en los niños
Tal y como recoge La Nueva España, la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) señala como principales causas de la pérdida de audición entre los más pequeños las siguientes:
- Factores genéticos.
- Infecciones durante la gestación o nada más nacer.
- Otitis crónicas.
- Presencia de líquido en el oído.
- Meningitis.
Mientras que en un adulto la falta de audición se hace patente enseguida, en el caso de los niños, sobre todo los más pequeños, puede ser difícil descubrir que está oyendo mal o no oyendo. Por ello los otorrinolaringólogos explican cuales son los signos de sospecha en cada etapa de la vida de los niños para reconocer el problema y así acudir lo antes posible a un especialista.
Síntomas entre niños de 0 a 2 años
Probablemente es en esta etapa cuando resulta más complicado determinar si el niño tiene un problema de oído. Por ello los especialistas recomiendan que estemos atentos siempre a:
- Si el niño no se sobresalta ante un ruido fuerte.
- Si sigue completamente dormido cuando alguien le habla cerca.
- Si no responde a la música.
- Si no girar la cabeza hacia el origen del ruido, cuando el niño ya ha cumplido los 6 meses de vida.
- No decir palabras sencillas como ‘mamá’ o ‘papá’ al cumplir el año.
- Si solo tiene reacciones (risa, movimientos, balbuceos) cuando alguien se sitúa frente a él.
- Cuando parece que escucha unos sonidos sí, pero otros no.