Redacción, 20-05-2023.- Hoy, 20 de mayo, se celebra el Día Europeo de la Obesidad, una enfermedad crónica que afecta ya, según la Encuesta Nacional de Salud, a uno de cada cinco adultos españoles y a uno de cada seis niños y adolescentes.
Las previsiones a corto y medio plazo no son muy halagüeñas y a apuntan a un repunte mayor de la incidencia de esta dolencia, convertida ya en epidemia, que discurre en paralelo a otra con la que mantiene una relación muy estrecha: la de la falta de sueño.
No en vano, se estima que más de un 10% de la población española (más de 4 millones de personas) padece algún tipo de trastorno de sueño crónico y grave; y que más de un 30% de la población (más de 12 millones de personas), se despierta cada día con la sensación de no haber tenido un sueño reparador o finaliza el día muy cansada, según la Sociedad Española de Sueño (SES).
“Si dormimos poco y mal, aumenta el hambre, aumenta la probabilidad de comer, aumenta nuestra somnolencia diurna, y esto puede llevarnos a una disminución de la actividad física, disminuyendo a su vez el gasto metabólico, de forma que es la combinación perfecta para engordar y aumentar el riesgo de obesidad”, afirma la doctora María José Martínez Madrid, coordinadora del Grupo de Trabajo de Cronobiología de la SES.
La evidencia científica demuestra que las personas que duermen mal (es decir, que tienen problemas para conciliar el sueño o que se despiertan y levantan de forma repetida durante la noche) tienen una mayor tendencia a ingerir -durante todo el día e incluso durante los despertares nocturnos- alimentos, generalmente ricos en azúcares y grasas como el chocolate, galletas, snacks o helados.