Redacción, 05-08-2021.- Desde que el 22 de julio, la red de 22.137 farmacias comunitarias comenzara a dispensar los test de autodiagnóstico, reforzando así la capacidad de detección precoz como parte del sistema sanitario, hasta ocho Comunidades Autónomas han querido ir más allá, reconociendo a la farmacia y a los farmacéuticos comunitarios un importante papel en materia de salud pública en la lucha contra la COVID-19. En concreto, Aragón, Canarias, Cantabria, Cataluña, Galicia, La Rioja, Murcia y Navarra, en las que residen más de 17 millones de ciudadanos, ya han dado pasos para hacer efectiva esa colaboración.
De esta forma se atiende la reivindicación de la propia Organización Farmacéutica Colegial, que desde el primer momento insistió en la necesidad de que, para poder obtener el mejor resultado en términos epidemiológicos de estas pruebas, Comunidades Autónomas y farmacias se coordinaran en el registro y notificación de los datos, mediante el desarrollo de protocolos conjuntos y sistemas de información que permitan la recogida y explotación de los datos, junto a los obtenidos de otras estructuras y profesionales del sistema.
Tal y como recoge Portalfarma, los acuerdos suscritos entre las farmacias y las autoridades sanitarias de las diferentes autonomías varían en su contenido y en las funciones atribuidas a los farmacéuticos y farmacias, pero coinciden en su objetivo: asegurar la trazabilidad de los resultados, sobre todo cuando estos son positivos, contribuyendo a frenar la propagación de la enfermedad. Incluso en algún caso, la información recabada y transmitida por la farmacia, se consigna en la Historia Clínica del paciente.
Desde la Organización Farmacéutica Colegial, se recuerda que la experiencia en la gestión de esta situación sanitaria sin precedentes confirma la necesidad de contar con las farmacias tanto para reforzar la capacidad asistencial de Sistema Nacional de Salud (SNS), como para desarrollar estrategias de salud pública eficaces. La renovación automática de las recetas electrónicas; la colaboración en la dispensación de medicamentos hospitalarios a través de farmacias comunitarias; la realización de cribados; y, ahora, el registro de datos o emisión de certificados, son algunas de esas iniciativas que han contribuido a reducir la presión sobre otros recursos del SNS.