Redacción, 12-07-2022.-Marina Montiel.
El ruido está considerado como un agente contaminante del mundo moderno. Convivimos con niveles superiores a los 65 decibelios que recomienda la Organización Mundial de la Salud. Y año tras año, España destaca entre los países más ruidosos, que ya ocupa el segundo puesto del ranking, sólo por detrás de Japón. Se estima que en 2050 más de 900 millones de personas en el mundo padecerán pérdida de audición por la contaminación acústica y los ruidos en espacios interiores.
Las obras, los vehículos y la escasez de materiales aislantes en las viviendas, son los principales factores que contribuyen a producir un mayor nivel de contaminación acústica. También las fábricas, el tráfico aéreo y el tono de voz de los españoles.
Por todo esto es fundamental regularlo y controlarlo, ya que su exceso tiene efectos negativos sobre la salud. Pérdida de audición, estrés, ansiedad, irritabilidad, alteraciones del sueño, disminución de la atención, alteraciones en la comunicación e incluso falta de rendimiento. Para paliar todos estos síntomas es esencial someterse a periodos de desintoxicación. Evitar el tráfico, salir de la ciudad, disfrutar de los sonidos de la naturaleza, dejar en el cajón los auriculares y el móvil y buscar espacios de silencio. Porque cuidar nuestro nivel de exposición al ruido es fundamental si no queremos quedarnos sordos, algo que ya es una realidad para el 5% de la población mundial, 466 millones de personas, que ya padecen pérdida de audición discapacitante.