Redacción, 17-12-2022.- Carmen Romero, psicóloga infantil, nos ofrece unos consejos sobre cómo sobrellevar la separación en navidad de los hijos con respecto a uno de los progenitores en caso de divorcio.
A continuación se recoge parte de la entrevista realizada por OK Diario:
Nos hemos separado esta navidad y es la primera vez que vamos a tener que repartirnos. ¿Cómo se explica esto?
Cuando hay una separación se activan una serie de nuevos escenarios que crean inestabilidad a todos los miembros de la familia. Existe un periodo de adaptación a la nueva situación y no siempre es fácil de gestionar. Hay que tener paciencia y darle tiempo al tiempo. Sin embargo, es una realidad que no es fácil convivir con la inestabilidad emocional que está muy latente, especialmente el primer año tras la separación. Desgraciadamente, es inevitable encontrarse con situaciones complicadas de gestionar. Así, que debemos estar preparados y prever alguna situación que sabemos que deberemos pasar. La comunicación fluida con nuestros hijos es determinante. Poner encima de la mesa el escenario con el que nos vamos a encontrar libera de tensiones a todos los participantes. Y eso nos invita a hablarlo, normalizarlo y poder aceptarlo con mayor facilidad.
«No es fácil convivir con la inestabilidad emocional que está muy latente»
P- ¿Qué pasa si lloran y se niegan a elegir?
R- Las navidades son las fechas familiares por excelencia. Cuando venimos de una separación, la familia es un punto complicado de tratar. Se han dado muchos cambios y generalmente acompañados de conflictos y ciertas discusiones. Por eso, durante estas fechas es normal que los sentimientos estén a flor de piel, especialmente para los pequeños de la casa. El niño debe entender que sus padres lo siguen queriendo y que, por él, se esforzarán por darle el mejor ambiente.
«El niño debe entender que sus padres lo siguen queriendo y que, por él, se esforzarán por darle el mejor ambiente.»
P- ¿Deberíamos hablarlo juntos con los niños antes de que suceda esto?
R- Por supuesto que sí, ser previsores nunca está de más. Dejar para último momento conversaciones importantes no suele tener un buen resultado. Hay que actuar con tiempo y desde la calma. Buscar un buen momento en el que nuestro hijo esté receptivo para hablar de aspectos que le pueden costar. Pero debemos tener en cuenta que, en el momento que se hablan las cosas, conseguimos que se normalicen. Y se liberan muchas tensiones que son duras de acarrear.
Hay varios temas que son nuevos en la familia y muchos de ellos ni siquiera pensamos que pueden aparecer. Por eso, al hablarlo con anterioridad podemos hacer un buen trabajo preventivo y dotar a nuestro pequeño de tips prácticos que aligeran la situación.