Redacción, 30-05-2022.- Los dispositivos digitales forman parte de nuestra vida. Nos hemos acostumbrado a vivir con ellos y cada vez es más habitual comer con el móvil junto al plato, viendo la televisión o revisando los correos electrónicos en el portátil. Sin embargo, y como alertan desde el Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Madrid (CODINMA), este hábito puede tener consecuencias en nuestra salud nutricional a distintos niveles.
Desde el CODINMA indican que uno de los efectos de comer ante las pantallas es que puede afectar a las señales de saciedad “y hacer que comamos más cantidad de alimentos de manera inconsciente y sin prestar atención ni a lo que comemos ni a la cantidad que se ingiere”.
Tal y como recoge CODINMA, los dispositivos móviles también pueden hacer que comamos más rápido. Por ejemplo, hay personas a las que les puede causar ansiedad ver noticias en el momento de la comida, y eso puede tener consecuencias en su alimentación, como comer con ansiedad, más cantidad y más rápido, tal y como se desprende de un estudio realizado por la Unidad de Nutrición y Comportamiento de la Universidad de Bristol1, que indicaba que al no prestar atención a la comida es muy posible que comamos más.
Esto se debe a que, si estamos distraídos mirando la televisión o cualquier otra aplicación, seguimos comiendo, aunque ya no tengamos hambre, lo que puede conllevar a un aumento de peso1.
Pero, además, comer ante estos dispositivos puede causar problemas digestivos como la aerofagia (una ingesta excesiva de aire generada por comer rápido y no masticar bien, y que provoca hinchazón, eructos, gases o dolor) o digestiones más pesadas. Esto puede deberse a que “el enfoque de atención se encuentra en el estímulo visual, y el del gusto queda, por tanto, en segundo plano”, señalan desde el Colegio de Dietistas-Nutricionistas de Madrid.
Niños más sedentarios y con tendencia al sobrepeso
Está claro que comer frente a las pantallas tiene consecuencias en nuestra salud nutricional, pero ¿qué ocurre con los niños? Además de los problemas descritos anteriormente y del hecho de que los dispositivos digitales les pueden disuadir a la hora de participar en juegos activos y perder así la oportunidad de comunicarse cara a cara con amigos y con la familia, este hábito “puede propiciar un mayor riesgo de sobrepeso y obesidad infantil”, según el CODINMA.