El ayuno intermitente se ha convertido en motivo de consulta habitual. Se trata de una práctica que combina periodos de ayuno con periodos de alimentación, en los que lo recomendable es seguir una ingesta variada y basada en frutas, verduras, cereales integrales, carnes magras, pescado y huevos.
Tal y como explica la Dra. María Jerusalén Antúnez, nutricionista del Hospital Quirónsalud Huelva, «durante los periodos de ayuno, el paciente no puede comer nada, pero sí mantener la ingesta de líquidos no calóricos, como café, agua y té, con el objetivo de no sufrir deshidratación». Y recuerda también la especialista que «la actividad física debe practicarse a una intensidad media si queremos obtener unos resultados completos».
Existen varias modalidades, siendo el más común el basado en periodos de ayuno de entre 8 y 12 horas. El objetivo de este método nutricional es reducir el peso y la grasa corporal, así como otros factores determinantes de la obesidad, factores del tipo cardiometabólicos como la glucosa e insulina, hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia e hipertensión.
La especialista recuerda que no todas las personas son aptas para practicar este método, ya que si se mantiene en el tiempo puede desencadenar cefaleas, mareos, trastornos del sueño, ansiedad, irritabilidad e hipoglucemias.
Por ello, ha de ser un profesional quien estudie el caso de cada paciente y determine qué manera es la adecuada para conseguir una pérdida de peso saludable y mantenida en el tiempo.