Redacción, 14-02-2025.- Una fuerte atracción es la que define el enamoramiento cuando el cerebro activa una serie de procesos neuroquímicos que implican la liberación de neurotransmisores y hormonas como la dopamina, la oxitocina y la serotonina. En esta fase, todo nos parece perfecto y es la más intensa de la relación porque somos dominados por las hormonas vinculadas a la felicidad y el bienestar.
Tal y como recoge el Periódico de España, estas sustancias juegan un papel clave en la generación de sentimientos intensos de felicidad, deseo y apego, influyendo tanto en el estado de ánimo como en las respuestas físicas del cuerpo.
«El enamoramiento activa áreas específicas del cerebro, como el sistema de recompensa y la corteza prefrontal. Esto puede influir en la toma de decisiones, la percepción del riesgo y la regulación emocional. También se ha observado que, en las primeras etapas, los niveles de cortisol, la hormona del estrés puede aumentar temporalmente, lo que explica la sensación de nerviosismo o ansiedad inicial», explica Belinda Manzano, responsable de servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela.
Hormonas y conductas
- Oxitocina: conocida como la «hormona del amor o del abrazo», esta sustancia química juega un papel crucial en la creación de vínculos afectivos y en la reducción del estrés. Su liberación durante momentos de cercanía física, como abrazos o caricias, promueve una sensación de calma, tranquilidad y seguridad.
- Dopamina: la dopamina es conocida como la «hormona de la felicidad». Se activa como respuesta a las emociones de placer y recompensa, generando sensaciones de euforia, bienestar y satisfacción.
- Serotonina: esta hormona regula el estado de ánimo y contribuye a la sensación general de bienestar. En los momentos de enamoramiento, los niveles de serotonina tienden a aumentar, lo que reduce la ansiedad y favorece el equilibrio emocional.
Amor y psicología
- Reducción del riesgo de depresión: las relaciones afectivas pueden actuar como un factor protector frente a la depresión. El apoyo emocional y la sensación de compañía disminuyen la soledad, lo que contribuye a reducir la probabilidad de desarrollar síntomas depresivos.
- Mejora de la autoestima: aunque el sentido de valía personal debe nacer desde el interior, el amor puede fortalecerlo. Sentirse apreciado y comprendido por otra persona contribuye a aumentar la confianza y el bienestar, complementando el trabajo personal de crecimiento emocional y autocomprensión.
- Fomento del bienestar general: el amor activa áreas del cerebro asociadas al bienestar y la satisfacción. En esos momentos, las personas suelen experimentar una mayor motivación para cuidar su salud, realizar actividad física y mantener un estilo de vida equilibrado.