Redacción, 01-05-2023.- “Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un pobre”, reza un dicho antiguo. Detrás de él hay bastante ciencia.
El desayuno siempre se ha considerado la comida más importante del día. Hacer bien esta primera comida se relaciona con una mayor ingesta diaria de nutrientes, un mejor cumplimiento de las recomendaciones nutricionales y una mejor calidad de dieta total, según la Federación Española de Nutrición (FEN). Sin embargo, también se ha llegado a poner en duda su hegemonía con respecto al resto de ingestas, ya que los estudios que se han realizado sobre su efecto en la salud han sido sobre todo observacionales, de modo que no se ha podido establecer una relación causa efecto entre no desayunar o desayunar poco y tener peores indicadores de salud.
Tal y como recoge La Razón, ahora, una investigación, en la que ha participado la Universidad de Oviedo, ha valorado la relación entre la composición de la ingesta en el desayuno y distintas enfermedades, para concluir que tomar entre el 15 y el 30% de las calorías diarias en la primera comida del día disminuye el riesgo de obesidad, hipertensión arterial y diabetes- la triada conocida como “síndrome metabólico”.
Cristina Lasheras Mayo, profesora del Departamento de Biología Funcional de la Universidad de Oviedo e investigadora principal, recuerda que los estudios actuales sobre nutrición se centran no sólo en averiguar cómo influye la ingesta total de alimentos y nutrientes, sino en la importancia de cómo los distribuimos a lo largo del día.
«Muchos estudios han concluido que el desayuno es una de las comidas más importantes del día y que aquellos que no desayunan tienen más problemas de salud. Sin embargo, la mayoría de los estudios que han valorado la relación entre la composición de la ingesta y distintas enfermedades, se han focalizado en el efecto de las comidas del mediodía, la cena o bien en la ingesta nocturna y son pocos los que lo han hecho en el desayuno», explica la investigadora en un comunicado.