Redacción, 10-08-2021.-Vértigos e inestabilidad son dos males comunes que, debido a su similar sintomatología -parecida a grandes mareos-, pueden llegar a confundirse. Sin embargo, «es importante diferenciarlos porque son patologías diferentes».
Es la consideración que realiza la Dra. Miren Goiburu, otorrinolaringóloga especialista en vértigos del Hospital Quirónsalud Donostia, para explicar que el vértigo provoca «una sensación de rotación de giro del entorno», mientras que en los cuadros de inestabilidad «el entorno no gira, sino que se tiene más sensación de movimiento, tipo ‘barco’».
Tal y como recoge Quirónsalud, pese a que hay «muchos tipos» de vértigo y que son «más frecuentes en gente de edad media», la doctora apunta que el «más frecuente» es el vértigo posicional paroxístico benigno, que «se puede ver en todas las franjas de edad». Este vértigo se caracteriza por sentir «que todo da vueltas, especialmente cuando nos tumbamos en la cama o al levantarnos de ella».
Su causa se debe «al movimiento de unas arenillas -llamadas otoconias- que se desplazan del lugar en el que les corresponde estar; lo que provoca sensación de giro de segundos de duración».
Sin embargo, hay otras clases de vértigo como «el de Ménière, de etiología y causa desconocidas y más frecuente en mujeres de edad media; otros asociados a la migraña; vértigos infecciosos como la meningitis, que afecta también a la audición; o cuadros víricos como la neuritis», enumera la especialista.