P.- ¿Cómo consigue ejercer como dermatóloga en la Fundación Jiménez Díaz (FJD), ser docente en la Autónoma (UAM), ser colaboradora en medios de comunicación, «influencer» en Locuras Beauty… ¡y ahora escritora!? ¿Nota su piel el cansancio?
R.- Lo noto mucho, y precisamente esa fue una de las razones por las que hace aproximadamente un año decidí tomarme un descanso. Estaba trabajando por la mañana en el hospital público Fundación Jiménez Díaz, también trabajaba en la privada por las tardes, lo compaginaba con mi labor como profesora en la Universidad Autónoma, la radio, etc. Así que el año pasado decidí tomarme una excedencia de mi labor en el hospital y dedicarme un poco más a la divulgación, lo que yo llamo «medicina narrativa», y la verdad es que fue una apuesta que me ha traído un montón de alegrías. Estoy muy contenta y creo que ha sido una decisión muy acertada. Me llevó mucho tiempo tomarla y tenía muchas dudas al principio, pero ahora me alegro muchísimo y creo que hacer divulgación científica es súper enriquecedor. La medicina narrativa es otra forma de hacer medicina, es otra forma de sanar a través del conocimiento, y creo que es muy importante también. Tiene que haber dermatólogos o perfiles más técnicos detrás de toda esa información que se publica en redes sociales.
«La mejor forma de sintetizar vitamina D es a través de la piel»
P.- ¿Qué pasa en España últimamente con la Vitamina D? ¿Se han disparado los pacientes con hipovitaminosis D o es que antes no se medía esta carencia y ahora sí tras el confinamiento?
R.- Esto de la vitamina D no pasa sólo en España. Es cierto que antes no se hacían mediciones de vitamina D tan frecuentes a los pacientes, por lo que a lo mejor el problema existía y no lo conocíamos. Ahora se habla más de ello, pero simplemente porque actualmente se está midiendo más. La mejor forma de sintetizar vitamina D es a través de la piel. Es mucho más eficaz que tomarla con los alimentos o con suplementos. Aunque necesitamos tomar algo de sol todos los días, el problema es que este tiene muchos efectos en todos los órganos del cuerpo, por lo que es muy difícil encontrar el equilibrio.
«La piel juega un papel fundamental y absolutamente primordial en las relaciones sexuales y muchas veces se nos olvida»
P.- ¿De dónde ha sacado el término «coitocentrismo»?
R. -El término no es que lo haya inventado yo, ni mucho menos. Aparece en todos los manuales de sexualidad, porque muchas veces basamos las relaciones sexuales en lo que es el coito como tal, en la relación de genital con genital. Pero las relaciones sexuales van mucho más allá. En lo que a mí me concierne, la piel juega un papel fundamental y absolutamente primordial en las relaciones sexuales y muchas veces se nos olvida. Muchos expertos ya dicen que este órgano es un nuevo punto G e incluso se dice que la piel es el órgano sexual más grande del cuerpo. A lo mejor no es el más importante, pero nos puede dar mucho placer, porque hay muchísimas zonas erógenas repartidas por toda la piel y al final el sexo no solo lo tenemos en ese momento de coito concreto, sino que las mantenemos por el contacto piel con piel.