Redacción, 21-04-2022.- La Dra. Samper ha centrado su carrera profesional en el ámbito de la investigación y la divulgación científica. Como investigadora, ha estudiado el uso de células madre con finalidad terapéutica en enfermedades cardíacas. A la Dra. Esther Samper le apasiona compartir información y desmontar bulos sobre medicina y salud en redes sociales como Twitter, donde cuenta con una fiel comunidad de seguidores, y así lo ha contado en una entrevista para OKSALUD.
PREGUNTA.- Doctora, ¿de dónde procede la idea de analizar los productos de las farmacias? ¿Por qué parte de la hipótesis de que, en realidad, no cuidan de nuestra salud?
P.- ¿En qué fuentes basa su investigación?
R.- Principalmente, en la evidencia científica acumulada alrededor de cada tipo de producto, centrándome en los ensayos clínicos y las revisiones sistemáticas más rigurosos, de mayor calidad y más recientes. Además de eso, también analizo los productos desde una perspectiva legal y ética, explicando el código deontológico que deberían seguir todos los médicos y farmacéuticos.
P.- ¿Cuáles son las principales advertencias que hace a los consumidores tras concluir el trabajo?
R.- Básicamente quiero manifestar que «no es oro todo lo que reluce» en las estanterías de la farmacia porque existen productos que no cuidan de nuestra salud. Recuerdo también que hay que leer la letra pequeña donde podemos encontrar mensajes como «los complementos alimenticios no son sustitutos de una dieta variada y equilibrada ni de un estilo de vida sano» o «sin indicación terapéutica aprobada».
P.- La figura del farmacéutico se ha visto reforzada durante la pandemia y su credibilidad es máxima para los ciudadanos en lo que se refiere al consejo a su farmacéutico. ¿Por qué ponerla en entredicho?
R.- El libro es un análisis de productos que se pueden encontrar en las estanterías de las farmacias, no se centra en la figura del farmacéutico. De hecho, a lo largo de la obra explico con detalle que son muchos los colectivos responsables de que esos productos estén ahí y, en ocasiones, los farmacéuticos tienen poca o ninguna responsabilidad. Analizo el papel de médicos, de medios de comunicación, de autoridades sanitarias, de políticos, de la publicidad… Todo aquel que lea el libro se dará cuenta de que «el lado oculto» de la farmacia es un fenómeno mucho más amplio y que hay mucho por contar detrás.
P.- Habla de «la ilusión de causalidad, la remisión natural o espontánea de las enfermedades, la regresión a la media, los cambios de comportamiento o el aumento del apoyo familiar y social, el efecto placebo y el autoengaño» en la experiencia personal a la hora de valorar la efectividad de los tratamientos. ¿Y la eficacia probada? ¿Qué hay de los ensayos clínicos?
R.- A lo largo de la obra hablo largo y tendido de ensayos clínicos y del análisis conjunto de ellos (los metaanálisis y revisiones sistemáticas) como las formas más fiables para conocer la eficacia de los tratamientos. También explico que el meollo de los ensayos clínicos está en cómo se realizan y que cada uno de ellos cuenta con una calidad muy diferente según los métodos que se apliquen. Para entendernos, un ensayo clínico puede tener la profesionalidad de un retrato de las Meninas de Velázquez o, por el contrario, la de un Ecce Homo de Borja restaurado.
P.- «¿Cómo podemos estar seguros de que ha sido la pastilla y no nuestro cuerpo?», dice sobre la remisión natural de las enfermedades. ¿No cree en la farmacología?
R.- Precisamente gracias a que existe la farmacología y los ensayos clínicos sabemos que hay sustancias que, a dosis definidas, no tienen efectos curativos por sí mismos en el ser humano y actúan como placebos. Y, al contrario, hay fármacos que consiguen curar o aliviar porque poseen efectos terapéuticos demostrados en el cuerpo humano.