Redacción, 14-12-2024.- Cerca de 239 000 muertes anuales de personas se atribuyen a la exposición a respirar concentraciones de partículas finas por encima de los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Además, alrededor de 70.000 fallecimientos son atribuibles a la exposición al ozono (O3) y 48.000 a respirar niveles altos de dióxido de nitrógeno (NO2). Todas esas muertes atribuibles al aire contaminado podrían haberse evitado cumpliendo los valores recomendados por la OMS.
Así figura en el informe ‘Daño a la salud humana por la contaminación del aire en Europa: carga del estado de movilidad 2024’, elaborado por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) con datos de 2022 y publicado este martes coincidiendo con la entrada en vigor de las nuevas normas de la UE sobre calidad del aire, las cuales endurecen los límites de los principales contaminantes.
Una evaluación separada de la AEMA indica que casi tres cuartas partes de los ecosistemas de Europa están expuestos a niveles dañinos de concentración atmosférica.
Tal y como recoge la OMC, pese a los desafíos por reducir la exposición humana a los contaminantes atmosféricos, los datos confirman una tendencia a que el impacto estimado en la salud causado por la exposición a largo plazo a tres contaminantes atmosféricos clave (partículas finas, dióxido de nitrógeno y ozono) está mejorando, según el informe.