Redacción, 05-03-2024.- Esperanza Jiménez Enfermera, educadora en diabetes de los Hospitales Universitarios Ruber Juan Bravo y Quirónsalud Madrid, afirma en esta entrevista que «la detección precoz del riesgo de ulceración es la clave para la prevención«.
Así lo recoge el diario La Razón:
Pregunta.- ¿Cómo se llega a desarrollar el pie diabético?
Respuesta.- La diabetes Mellitus es una enfermedad crónica que afecta a un elevado número de personas a nivel mundial y que constituye un importante problema de salud. La hiperglucemia que provoca aumenta el riego de la aparición de alteraciones neurológicas y vasculares, así como el riesgo de padecer infecciones. Estos factores favorecen la aparición de lesiones o úlceras en los pies y que estas tengan peor evolución y un mal pronóstico. Estas complicaciones generan un gran sufrimiento a la persona y a sus familiares y provoca un elevado coste económico directo e indirecto.
«En España se calcula que el 14,8% de la población tiene diabetes»
P.- ¿Cuántos pacientes llegan a padecerlo?
R.- En España se calcula que el 14,8% de la población tiene diabetes y todos estos pacientes tienen riesgo de desarrollar complicaciones que pueden derivar en la enfermedad de pie diabético, de ahí la importancia de establecer estrategias de prevención.
P.- ¿Cómo se manifiesta?
R.- El pie diabético provoca una disminución de la sensibilidad que coexiste en la mayoría de los casos con alteraciones a nivel vascular y predisposición a las infecciones. Es importante recalcar que las personas con diabetes pueden no manifestar síntomas aun teniendo alteraciones establecidas.
«La aparición de síntomas como hormigueo, frialdad y palidez de la piel puede ayudarnos a establecer el diagnóstico»
P.- Entonces, ¿se trata de algo difícil de diagnosticar?
R.- En muchas ocasiones el desarrollo de la sintomatología es lento pero progresivo por lo que las personas «se acostumbran» y conviven con ellos. Una entrevista proactiva dirigida a buscar signos o síntomas concretos pude ayudarnos a realizar un diagnóstico precoz. En otras ocasiones, la aparición de síntomas como hormigueo, acorchamiento en los dedos de los pies o dolor nocturno, frialdad y palidez de la piel así como dolor invalidante al caminar puede ayudarnos a establecer el diagnóstico.