Redacción, 26-07-2022.- Las vacaciones de verano son la época del año más esperada por la inmensa mayoría de la población, especialmente por los niños y jóvenes en edad escolar.
Sin embargo, según la opinión de los profesionales en salud mental, es en este periodo de tiempo cuando aumentan los casos de trastornos de conducta, generalmente por salir de la rutina y entorno habituales, pero también porque la etapa estival suele asociarse a la ausencia de normas y límites, algo que puede acarrear una fuente de conflictos domésticos.
Con el final de las clases y el inicio del verano, los menores de todas las edades se encuentran de un día para otro con mucho tiempo libre que no siempre es compartido con sus progenitores.
Si se cuenta con la posibilidad de que puedan participar en alguna de las múltiples ofertas de ocio que se organizan, como campus deportivos, campamentos u otro tipo de actividades, los meses de verano pueden resultar más llevaderos para todos, pero no siempre se da el caso y aún así, el espacio de tiempo sin obligaciones ni referentes de horarios y, sobre todo, sin el acompañamiento diario de sus profesores y compañeros sigue siendo alto.
“Algunos chicos y chicas se sienten perdidos, aburridos y a menudo irritables en estas situaciones. Pierden sus rutinas y muchos de sus amigos no están cerca para poder verlos”, afirma Rosa Domínguez, psicóloga del Hospital HM Nens de Barcelona.
Durante este periodo podemos observar un incremento de los trastornos de conducta, debido a que, en muchos casos, las vacaciones de verano van asociadas a la ausencia de normas y límites.
«Pero estos son muy necesarios siempre y cuando se marquen de forma razonable y argumentada. Aunque nuestros hijos no lo sepan o no lo quieran ver, con estas normas les estamos cuidando», añade la especialista.