Redacción, 26-12-2021.-La pandemia está trayendo consigo el incremento de los problemas para dormir, para conciliar el sueño y mantenerlo durante la noche. Pero hay que tener claros varios conceptos, porque no todo maldormir es insomnio.
«El insomnio es la dificultad para iniciar o mantener el sueño habiendo condiciones adecuadas para dormir, y que esto genere algún tipo de malestar o disfunción durante el día», como explica el doctor Miguel Ángel Sánchez, psiquiatra y miembro de la Unidad Multidisciplinar de Sueño de la FJD.
También es especialista en el tratamiento del insomnio y recuerda que esta patología no es lo mismo que la privación crónica del sueño, que es darse pocas horas de oportunidad para dormir, ni tampoco el retraso de la fase de sueño, un problema del ritmo circadiano en el que el reloj interno está retrasado y dormimos tarde.
Tal y como recoge 20 Minutos A su juicio, y según advierte, es normal que una persona duerma mal puntualmente si tiene una dificultad, una emoción, una mudanza, un despido, una oposición, o cualquier tipo de estrés. “Lo normal es que se duerma peor en estas circunstancias y esto no lo consideramos insomnio. Sí se considera trastorno de insomnio cuando esa dificultad para dormir o mantener el sueño se da tres días o más a la semana, y durante al menos tres meses. El insomnio debe ser evaluado y en su caso tratado por un especialista, y además, algo muy importante, no debemos tomar medicinas por nuestra propia cuenta”, avisa.
En este sentido, hace hincapié en que normalmente se confunde el insomnio con la privación crónica de sueño, una situación habitual en el mundo occidental, y que se debe en mayor parte de casos al estilo de vida. “Se trata de personas que, por su actividad profesional, o por su estilo de vida, por ejemplo, leen hasta tarde o ven series, de forma que recortan su oportunidad para dormir. Son personas que se acuestan a la una y media de la mañana y se levantan a las 7, durmiendo seis horas o menos, insuficiente para cualquier persona. Así que por el día se suelen encontrar mal”, agrega.
Otro problema de sueño en jóvenes
Otra circunstancia que se confunde también con el insomnio, y sobre la que advierte el doctor Miguel Ángel Sánchez, muy frecuente entre los jóvenes de menos de 30 años, es un trastorno circadiano que se conoce como ‘retraso de fase’: “Se trata de un problema de reloj interno, que marca una ventana de 8 horas de facilidad para dormir. Algunas personas tienen este horario retrasado de 4 de la mañana a 12 del mediodía, por ejemplo”.
En el adolescente, y especialmente en los últimos años, dice que esto se ha convertido “casi en una epidemia” porque las pantallas retrasan la hora del reloj interno y hace que te duermas más tarde.
“Son personas que te cuentan un problema de insomnio de inicio, que no se quedan dormidas al principio, y cuando se levantan están hechas polvo. Equivocadamente se les dan hipnóticos y se les pone en peligro porque la somnolencia durante el día puede incrementarse. La clave para diferenciarlo del insomnio es que el fin de semana, cuando no tienen que madrugar, dicen que duermen estupendamente”, manifiesta el experto, quien apunta que en estos casos el tratamiento es diferente, a base de luminoterapia y de melatonina.