Redacción, 20-03-2024.- Lo primero que tengo que explicarte es la diferencia entre afonía y disfonía. La primera es una pérdida total de la voz y supongo que no es a eso a lo que te refieres en el email que nos has enviado. Probablemente, lo que te ocurre a veces por la mañana es que tienes una voz que no consideras tu voz normal. No existe una definición perfecta de disfonía porque es una alteración de la percepción vocal. Y la voz es muy diferente dependiendo de las culturas, de la situación emocional, o de dónde tengas que proyectarla. Esto supone que decir de una voz que es normal es muy difícil. Podemos decir que una voz es normal cuando tiene un timbre agradable, un tono adecuado para su rango de edad y sexo y un volumen apropiado.
Tal y como recoge El País, lo importante es que la disfonía es un síntoma que puede o no ser expresión de una enfermedad local, de las propias cuerdas vocales, o puede ser debida a otras enfermedades sistémicas.
Una alteración en la voz tiene más repercusión en la calidad de vida en unas personas que en otras, no es lo mismo una disfonía en un profesional de la voz (cantantes, docentes, teleoperadores, locutores de radio) que en una persona que no requiere la voz como herramienta laboral.
La voz es compleja, pero se produce por la vibración de unos músculos denominados cuerdas vocales. Al lector que nos consulta habría que preguntarle más cuestiones cómo la edad, si padece otros síntomas acompañantes como picor u ardor, si tiene antecedentes de reflujo gastroesofágico, sus hábitos vocales y, lo que es muy importante, si es fumador. Además, es relevante dentro de las disfonías conocer si el paciente padece alguna otra enfermedad o ha tenido alguna intervención quirúrgica cervical.
Las disfonías se dividen en funcionales, que es lo que le probablemente le ocurre a nuestro lector si luego va recuperando la voz a lo largo del día, y orgánicas, que se producen porque hay una lesión. En ambos casos, tanto el diagnóstico como el tratamiento son totalmente diferentes.