Redacción, 14-04-2023.- José Luis Trejo, uno de los investigadores del Instituto Cajal, ha dirigido un estudio que nos trae una buena noticia. O al menos para aquellos que tuvieron padres que practicaron ejercicio físico antes de su llegada al mundo. Porque según se ve en los resultados del estudio en el que ha participado este centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), los ratones de laboratorio que tuvieron unos progenitores que realizaron ejercicio físico moderado también tienen un cerebro en mejores condiciones cognitivas. En otras palabras, aunque el corpore sano lo tuvieran los padres, los hijos e hijas disfrutarán de una mens sana como herencia.
Tal y como recoge CSIC, Trejo es un investigador destacado que lleva años estudiando el papel de diversas hormonas tanto en la generación de neuronas como en la formación de la parte del cerebro conocida como hipocampo en los cerebros adultos. Dirige desde hace años el Grupo de Neurogénesis del Individuo Adulto en el Instituto Cajal, en Madrid, que centra sus investigaciones en el rol que juegan esas nuevas neuronas en la memoria y su posible uso en terapias para diversas enfermedades o estrés. Ahora es parte del equipo que ha estudiado cómo el ejercicio afecta al cerebro de los ratones. No solo del beneficio directo para el practicante, también del que heredaran sus crías.
Tal y como explica Trejo, los investigadores neurocientíficos hace tiempo que saben que los efectos del estrés se heredan, y no solamente entre roedores.
“Los hijos -e incluso los nietos- de los que pasaron hambrunas y guerra pueden seguir notando los perjuicios de estas experiencias traumáticas”.
Esto no quiere decir que se haya efectuado un cambio genético en esa familia. Es un factor epigenético. ¿Qué quiere decir eso?
Pues, en las palabras del investigador: “los genes son como un libro: aunque no cambien las páginas, puede que estés poniendo más atención a unas páginas, o dando más entonación a otras”