Redacción, 03-01-2023.- La llegada del invierno y el frío invita a la práctica de algunos de los deportes más habituales en esta estación del año. El esquí, el snowboard o el montañismo, entre otros. Se estima que hay unos 200 millones de esquiadores activos en todo el mundo y hay que disfrutar de los deportes de invierno con salud y con precaución.
Gracias a la mejora en la equipación, las instalaciones, los programas de prevención y la concienciación de los esquiadores, las tasas de lesiones han disminuido en los últimos años. Sin embargo, los accidentes todavía ocurren. La mayor parte de las lesiones en el esquí alpino afectan a los miembros inferiores siendo la rodilla la articulación que más se lesiona.
Como indica el doctor Manuel Leyes, reconocido traumatólogo especialista en patología de rodilla, hombro, tobillo y en lesiones deportivas y jefe de Servicio de Traumatología de Olympia Quirónsalud, las lesiones más frecuentes de la rodilla son ligamentosas destacando la rotura del ligamento cruzado anterior (LCA) y el esguince del ligamento colateral medial (LCM).
«La razón por la que estas lesiones son tan comunes, es porque hay muchas circunstancias que pueden provocar un trauma repentino en la rodilla, desde aterrizar incorrectamente después de un salto, chocar con otro esquiador o simplemente caerse. Incluso se pueden romper los ligamentos estando parado, de hecho, las fijaciones de los esquís están diseñadas para liberar las botas cuando se exceden ciertos límites de fuerza, pero a menudo no se liberan a velocidades más lentas», señala el Dr. Leyes.