Redacción, 07-03-2024.- El doctor Ramón González-Fontana, cirujano plástico, aborda en una entrevista con el periódico Levante, la excesiva comercialización que se está haciendo de la cirugía plástica a través de las redes sociales.
A continuación se recoge parte de la entrevista:
Pregunta- ¿Hay una excesiva banalización de la Cirugía Plástica?
Respuesta- Sin duda. Hay mucha desinformación. Esto se debe en gran parte a que hay una excesiva exposición en las Redes Sociales de fotos poco reales o incluso muchas veces retocadas, que están distorsionando la realidad, y que lo único que consiguen es crear expectativas irreales, influyendo cada vez más en la percepción del público sobre la cirugía plástica, y que nos lleva a una visión banalizada de estos procedimientos.
Y es esta presión social, la que lleva incluso a creer que se puede elegir a un cirujano en base a unos resultados y unas expectativas que se muestran en un foro o una red social, y que no sabemos si son reales o las ha hecho una inteligencia artificial. Creo que se ha perdido la comunicación con el cirujano, y esta situación está degradando la cirugía plástica.
Por otro lado, la excesiva comercialización de la cirugía de muchos laboratorios, que influye sobre muchos cirujanos que utilizan el marketing comercial de algunos aparatos, que tal y como se están vendiendo parece que operan de forma mágica. Esto ya lo vimos con la liposucción, que cada 5 años cambian el aparato, y ahora lo vemos con la rinoplastia. Hay que ir en contra de esta banalización de la cirugía plástica, porque parece que ahora lo importante no es el doctor, sino cómo venderte la operación.
«Hay que ir en contra de esta banalización de la cirugía plástica, porque parece que ahora lo importante no es el doctor, sino cómo venderte la operación»
P- ¿Qué valores destacaría usted como cirujano especialista a la hora de defender la profesión?
R- La cirugía plástica debe realizarse siempre bajo el prisma del respeto, la seguridad y la salud de los pacientes. Cuando explicamos una intervención, nuestros pacientes deben saber cuáles son las expectativas reales de un procedimiento quirúrgico y si es posible realizarlo en su caso determinado. La ética médica y la profesionalidad deben ir de la mano. Hay veces que lo que nos pide una persona, guiada por esos resultados tan irreales que vemos continuamente en las redes sociales, no es alcanzable en los términos que quiere, y es ahí donde tenemos que saber decir no, si lo que nos pide es algo que conlleva más riesgos que beneficios. Un cirujano tiene que hacer un buen estudio previo del paciente, comprender lo que quiere, ver las posibilidades que tiene con respecto a los que nos pide, y operar con las mejores técnicas y más vanguardistas, para luego y no menos importante, hacer un buen seguimiento de ese paciente. Esto es lo más importante y se está perdiendo desgraciadamente.