Redacción, 22-10-2022.- Para lograr este objetivo, hay una serie de pautas e intervenciones del estilo de vida que han demostrado su efectividad en el alivio de los síntomas y que facilitan la adaptación a los cambios que se producen en este momento.
1. Dormir bien y cuidar los patrones de sueño.
Tal y como recoge La Nueva España, esta cuestión es más importante de lo que parece, porque el insomnio es una de las quejas más frecuentes durante la menopausia. Los tipos de insomnio más habituales son:
- Insomnio de iniciación (incapacidad para conciliar el sueño en menos de 30 minutos)
- El de mantenimiento (despertares nocturnos de más de 30 minutos o definitivos de manera precoz).
2. Reajustes en la dieta. Otra cuestión fundamental, porque durante esta etapa de la mujer hay una mayor facilidad para ganar peso. La causa es la reducción del metabolismo basal y las alteraciones hormonales.
«A esto hay que unir un posible aumento del riesgo cardiovascular debido al incremento y a la redistribución de la grasa corporal, lo que a su vez puede conllevar un aumento del riesgo de padecer hipercolesterolemia o hipertensión», explica Olga Rossell.
3. Cambiar la rutina de ejercicios. «Debido a los cambios corporales y a la pérdida de masa ósea que se produce en la menopausia, es recomendable combinar:
- Ejercicios aeróbicos (caminar, ir en bicicleta, nadar, hacer elíptica, etc.)
- Con actividades de fuerza muscular (ejercicios funcionales realizados con el propio cuerpo con la ayuda o no de peso con mancuerna), por ejemplo, sentadillas, zancadas, flexiones…»
4. Cuidar la autoestima y el autoconcepto. «Durante la menopausia también se experimentan cambios cognitivos y psicológicos. Y esto tiene una relación directa con el autoconcepto y la autoestima. De ahí la importancia de trabajar en estos dos aspectos», comenta Laura Pajares.
Para ello la experta, subraya la importancia de la información. «Conocer qué cambios están asociados a esta etapa de la vida y hablar sobre ello.
5. Control del estrés. Según Laura Pajares, hay estudios que revelan que, para mitigar síntomas derivados de los cambios en los niveles de estrógenos, como los sofocos o la sudoración excesiva, la práctica de la relajación resulta un método eficaz, especialmente en la disminución de la intensidad de esta sintomatología.
«Algunas técnicas que pueden ayudar en este sentido son la relajación aplicada, las técnicas de respiración, la meditación o el yoga».