Redacción, 18-09-2021.- La obesidad se ha convertido en la enfermedad crónica más prevalente en España. Según los últimos datos del estudio Aladino 2019, la prevalencia del sobrepeso en la población infantil de 6 a 9 años es del 23,3% y la de la obesidad se sitúa en un 17,3%. La obesidad no solo empeora la calidad de vida del menor que la padece y disminuye su autoestima, sino que, además, está relacionada con la aparición de enfermedades que acortan notablemente la vida como, entre otras, la hipertensión, las dislipemias, la prediabetes y diabetes, la esteatosis hepática y los trastornos respiratorios del sueño. Con motivo de la Semana Europea de la Movilidad 2021, que se celebra entre los días 16 y 22 de septiembre y cuyo lema es «Por tu salud, muévete de forma sostenible», la Asociación Española de Pediatría (AEP) recuerda a las familias los beneficios de la actividad física en la prevención y reducción de la obesidad.
La prevalencia de sobrepeso y obesidad en los niños españoles de entre 6 y 9 años es del 40,6%, según los datos más recientes del Estudio Aladino 2019
“La actividad física moderada-intensa, practicada de forma regular, al menos 60 minutos al día, previene el desarrollo de la obesidad y es una pieza fundamental, junto con una dieta saludable, en el tratamiento de la obesidad en niños y adolescentes”, señalan los expertos del Comité de Promoción de la Salud de la AEP. Sin embargo, como advierten, “para que sea eficaz es necesario hacerlo con una intensidad y una frecuencia determinada, que en muchos casos no se cumple”.
El transporte activo a la escuela, clave para aumentar la actividad física de los niños
Tal y como recoge AEP, a nivel escolar, una de las acciones que ha demostrado mayor impacto en el incremento de la actividad física de los alumnos son los programas dirigidos a fomentar que vayan andando al colegio. Según un estudio realizado en Estados Unidos, la actividad física que supone ir andando al centro educativo cubriría entre un 23% y un 36% del total de la actividad física diaria recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Caminar a ritmo rápido disminuye la presión arterial, mejora la sensibilidad a la insulina e incrementa los valores del colesterol ‘bueno’, mejorando la calidad y la esperanza de vida
El doctor Julio Álvarez Pitti, experto en actividad física del Comité de Promoción de la Salud de la AEP, subraya los beneficios para la salud de ir al cole a pie: “A nivel cardiovascular, la marcha rápida disminuye los valores de presión arterial, optimiza la capacidad de regulación de los niveles de azúcar de la sangre mejorando la sensibilidad a la insulina e incrementa los valores del colesterol HDL [colesterol bueno]. La mejoría de todas estas variables incrementa la calidad y la esperanza de vida de las personas”.
“A nivel musculoesquelético, la práctica de la marcha rápida mejora la condición física muscular, al incrementar la masa muscular, sobre todo, del tren inferior y la espalda”. El incremento de masa muscular es fundamental para un buen tono corporal y el control postural. Además, se mejoran otros componentes de la condición física como son el equilibrio y la coordinación”, según destaca el experto.
Por otro lado, “se ha demostrado que los niños que practican actividad física obtienen mejores resultados escolares y, a nivel emocional, ven incrementada su autoestima, lo que reduce el riesgo de caer en trastornos como la ansiedad o la depresión”, agrega el experto de la AEP.
Los pediatras priorizan caminar frente a la bicicleta porque el tráfico en las ciudades dificulta que con la segunda se alcance la intensidad de actividad necesaria
Ir caminando al colegio fomenta, igualmente, una serie de valores relacionados con los hábitos de vida saludables. Así ayuda a los niños a entender la importancia de la actividad física diaria, incrementa su autonomía, les hace ser conscientes de su autoeficacia y se desarrolla una mayor sensibilidad y concienciación respecto a la preservación del medio ambiente.