Redacción, 25-07-2018.- En pleno verano es necesario extremar las precauciones en torno a la fotoprotección infantil, y más sabiendo que, por el tipo de actividad que realizan al aire libre, los niños pueden recibir hasta el triple de radiación que los adultos.
Si los niños tienen menos de un año, nunca podemos exponerles de forma directa a las radiaciones solares. Pero a partir de esa edad y hasta los 3 años, podemos plantearnos que les dé el sol, pero siempre limitando el tiempo, evitando las horas centrales del día y con las correctas medidas de fotoprotección.
Según los expertos no es recomendable aplicar fotoprotectores a los bebés menores de seis meses y, a partir de esa edad, debemos usar aquellos productos que estén especialmente formulados y testados para estas edades. Susana Mezquita, experta del Departamento Científico de Cinfa aconseja “elegir un fotoprotector pediátrico con un índice de protección solar alto (SPF 50+), capaz de proteger frente a los rayos UVB, UVA e infrarrojos (IR-A) y que contenga filtros físicos”.
Por lo demás, con los niños y bebés han de seguirse las mismas pautas que con los adultos, quienes, como recuerda la experta de Cinfa, “debemos ser el mejor ejemplo para nuestros hijos y poner en práctica todas las medidas a nuestro alcance para una correcta fotoprotección. No exponernos al sol en las horas centrales del día, mantenernos a la sombra, cubrirnos con ropa adecuada y gorro y usar gafas de sol homologadas son algunas de las más sencillas de inculcar”.
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